El inicio de la reflexión
Hace un par de días vi en un programa de televisión que conduce un personaje de apellido nipón conversar con un joven escritor de ya amplio reconocimiento internacional.
Huevearon un toque, luego, hablaron del Nobel, después, de sus novelas, de sus proyectos a futuro; es raro ver en la televisión de mi país hablar a un escritor pues, para efectos de rating, esto resulta un “Harakiri”, un suicidio televisivo. A nadie, es decir, a la gran masa de peruanos, le importa escuchar lo que tenga que decir alguien dedicado a las letras; demasiado digno, demasiado culto para esas burdas mayorías. Para mi y otros tantos, pues no.
Algo que desconocía este premiado escritor nombró, “vivo en España”, y sentí una decepción agobiante sobre mí. Escuché que tiene más de dos premios a cuestas y que por libro gana unos 100 mil euros; era demasiado, me sentí dichoso, pensé “Si se puede ser escritor en el Perú” con mucho orgullo; pero aquella emoción insuflada se desvaneció cuando esas tres malditas palabras zumbaron en mis oídos….
“Vivo en España”
De nuevo: “…..vivo en España…..”
No me jode que viva en España, ni tampoco me jodería si viviera en otra parte del mundo; me jode que no pueda conseguir todo eso estando en el Perú.
¿Por qué demonios los escritores de mi país tienen que migrar para obtener el reconocimiento?
Vargas Llosa se fue, Bryce se fue, Ribeyro se fue, Vallejo también se fue, otros más hicieron lo mismo, diversas razones tuvieron, pero se fueron y recibieron el reconocimiento que en su propio país les era ajeno.
¿Es acaso la sociedad peruana intelectualmente tan atrasada e ignorante que ignora a sus voces generacionales dando cabida a insulsas figuras miserables?
Pues si…….
La realidad cultural
Hoy más que nunca los mal llamados “poemas” abultados de notas chaladas; cuando la juventud da espalda a la lectura y, peor aún, a la inventiva literaria, relegándola a un hobbie de niños “guay” jugando a ser imaginativos y niñas fresas que llenan hoja de hojas con garabaticlosas de amor y príncipes dorados.
Cuando la literatura se descompensa en un mero entretenimiento a la batuta de niños bien colegiados de universidades burguesas cuya única expresión es la vida lisonjera, ligera, llena de ensoñaciones sin sentido, sin un mínimo reflejo certero de lo que les rodea. Cuando la abstracción llega a niveles de poca inventiva, harta pomposidad, nula introspectiva, carente de conciencia.
¿Por qué el oficio de ser escritor está tan venido a menos en el Perú?
Uno
Una de las razones bien podría hallarse en la escasa iniciativa e incentivo por parte del Estado; primero que todo hacia la lectura y; segundo, al fomento de la literatura, es decir, el consumo de obras, novelas, poemas, cuentos, ensayos, etc. Muchos podría refutar esto argumentando la existencia de la “Ley del Libro”, sin embargo y a pesar de su promulgación, ya han pasado un poco más de dos años y la situación sigue igual.
Dos
Otro factor, aunque tal vez muy subjetivo, es la perspectiva que la sociedad en su conjunto, el peruano de a pie, tiene de un escritor. A las personas, los escritores los aburren, sienten que no los representan, les son ajenos, extraños, ricachones, pitucones a los cuales uno no podrá igualar y/o superar. Sumado a ello, dentro del propio ceno familiar de las clases medias y bajas, que uno de sus integrantes intentase siquiera optar por la literatura, inmediatamente, se ganaría las mofas, burlas y el enojo de sus padres, familiares (a veces, hasta los amigos) haciendo uso de ese viejo refrán del Perú conservador: “te vas a morir de hambre si haces eso…..”
Tres
Y por último, pero no menos importante, la piratería, el gran mal que impide a escritores nacionales consolidarse en su propio medio, obligándolos a migrar a otros países donde las leyes protejan su arte, su obra. La piratería es la tara que desbarranca las aspiraciones de jóvenes escritores, de la necesidad de darse a conocer, de volver a publicar. La piratería frustra el surgimiento de escritores venidos de estratos no altos de la sociedad, y ni qué decir de aquellos provenientes del interior del país donde, incluso los letrados limeños, desconocen de dicha intelectualidad.
Sobre lo anterior
Comencé este post preguntándome el por qué de la necesidad de los escritores a irse del país y vivir de sus obras. Honestamente, no hizo falta una gran abstracción para llegar a la respuesta porque está allí, a vista y paciencia de todo observador.
No es oficio sano echar la culpa, únicamente, al Estado y su habitual desidia en temas de esta índole, NO, es culpa y responsabilidad de todos, unos por permitir y consumir bajo tontos pretextos la piratería (así como la música por mp3, jejeje) y porque la sociedad misma ha generado anticuerpos respecto al oficio de ser escribidor.
No debemos olvidar que un pueblo no solo vive de las cifras económicas, las celebraciones patrias, ni de la vida chusca de los ídolos de barro que hoy ensucian nuestra identidad. Son los intelectuales (y no los políticos) la voz de los pueblos, son ellos quienes mejor condensan los problemas, defectos, taras, virtudes y pujanzas de las naciones. No podemos aspirar a ser un país desarrollado si los hacemos de lado, si marginamos a la base “pensante” de toda comunidad, si desmerecemos el trabajo del artista, del músico, del escritor; pilares fundamentales en el desarrollo espiritual, social e intelectual.
Un país que excluye a los intelectuales, es un país condenado a muerte.
Hace un par de días vi en un programa de televisión que conduce un personaje de apellido nipón conversar con un joven escritor de ya amplio reconocimiento internacional.
Huevearon un toque, luego, hablaron del Nobel, después, de sus novelas, de sus proyectos a futuro; es raro ver en la televisión de mi país hablar a un escritor pues, para efectos de rating, esto resulta un “Harakiri”, un suicidio televisivo. A nadie, es decir, a la gran masa de peruanos, le importa escuchar lo que tenga que decir alguien dedicado a las letras; demasiado digno, demasiado culto para esas burdas mayorías. Para mi y otros tantos, pues no.
Algo que desconocía este premiado escritor nombró, “vivo en España”, y sentí una decepción agobiante sobre mí. Escuché que tiene más de dos premios a cuestas y que por libro gana unos 100 mil euros; era demasiado, me sentí dichoso, pensé “Si se puede ser escritor en el Perú” con mucho orgullo; pero aquella emoción insuflada se desvaneció cuando esas tres malditas palabras zumbaron en mis oídos….
“Vivo en España”
De nuevo: “…..vivo en España…..”
No me jode que viva en España, ni tampoco me jodería si viviera en otra parte del mundo; me jode que no pueda conseguir todo eso estando en el Perú.
¿Por qué demonios los escritores de mi país tienen que migrar para obtener el reconocimiento?
Vargas Llosa se fue, Bryce se fue, Ribeyro se fue, Vallejo también se fue, otros más hicieron lo mismo, diversas razones tuvieron, pero se fueron y recibieron el reconocimiento que en su propio país les era ajeno.
¿Es acaso la sociedad peruana intelectualmente tan atrasada e ignorante que ignora a sus voces generacionales dando cabida a insulsas figuras miserables?
Pues si…….
La realidad cultural
Hoy más que nunca los mal llamados “poemas” abultados de notas chaladas; cuando la juventud da espalda a la lectura y, peor aún, a la inventiva literaria, relegándola a un hobbie de niños “guay” jugando a ser imaginativos y niñas fresas que llenan hoja de hojas con garabaticlosas de amor y príncipes dorados.
Cuando la literatura se descompensa en un mero entretenimiento a la batuta de niños bien colegiados de universidades burguesas cuya única expresión es la vida lisonjera, ligera, llena de ensoñaciones sin sentido, sin un mínimo reflejo certero de lo que les rodea. Cuando la abstracción llega a niveles de poca inventiva, harta pomposidad, nula introspectiva, carente de conciencia.
¿Por qué el oficio de ser escritor está tan venido a menos en el Perú?
Uno
Una de las razones bien podría hallarse en la escasa iniciativa e incentivo por parte del Estado; primero que todo hacia la lectura y; segundo, al fomento de la literatura, es decir, el consumo de obras, novelas, poemas, cuentos, ensayos, etc. Muchos podría refutar esto argumentando la existencia de la “Ley del Libro”, sin embargo y a pesar de su promulgación, ya han pasado un poco más de dos años y la situación sigue igual.
Dos
Otro factor, aunque tal vez muy subjetivo, es la perspectiva que la sociedad en su conjunto, el peruano de a pie, tiene de un escritor. A las personas, los escritores los aburren, sienten que no los representan, les son ajenos, extraños, ricachones, pitucones a los cuales uno no podrá igualar y/o superar. Sumado a ello, dentro del propio ceno familiar de las clases medias y bajas, que uno de sus integrantes intentase siquiera optar por la literatura, inmediatamente, se ganaría las mofas, burlas y el enojo de sus padres, familiares (a veces, hasta los amigos) haciendo uso de ese viejo refrán del Perú conservador: “te vas a morir de hambre si haces eso…..”
Tres
Y por último, pero no menos importante, la piratería, el gran mal que impide a escritores nacionales consolidarse en su propio medio, obligándolos a migrar a otros países donde las leyes protejan su arte, su obra. La piratería es la tara que desbarranca las aspiraciones de jóvenes escritores, de la necesidad de darse a conocer, de volver a publicar. La piratería frustra el surgimiento de escritores venidos de estratos no altos de la sociedad, y ni qué decir de aquellos provenientes del interior del país donde, incluso los letrados limeños, desconocen de dicha intelectualidad.
Sobre lo anterior
Comencé este post preguntándome el por qué de la necesidad de los escritores a irse del país y vivir de sus obras. Honestamente, no hizo falta una gran abstracción para llegar a la respuesta porque está allí, a vista y paciencia de todo observador.
No es oficio sano echar la culpa, únicamente, al Estado y su habitual desidia en temas de esta índole, NO, es culpa y responsabilidad de todos, unos por permitir y consumir bajo tontos pretextos la piratería (así como la música por mp3, jejeje) y porque la sociedad misma ha generado anticuerpos respecto al oficio de ser escribidor.
No debemos olvidar que un pueblo no solo vive de las cifras económicas, las celebraciones patrias, ni de la vida chusca de los ídolos de barro que hoy ensucian nuestra identidad. Son los intelectuales (y no los políticos) la voz de los pueblos, son ellos quienes mejor condensan los problemas, defectos, taras, virtudes y pujanzas de las naciones. No podemos aspirar a ser un país desarrollado si los hacemos de lado, si marginamos a la base “pensante” de toda comunidad, si desmerecemos el trabajo del artista, del músico, del escritor; pilares fundamentales en el desarrollo espiritual, social e intelectual.
Un país que excluye a los intelectuales, es un país condenado a muerte.
1 Blasfemias:
No sé J.Mortem,yo no quiero
dar discursos a nadie pero
para mí la principal preten
sión de un literato no debe
ría ser la celebridad o el
mismo hecho de serlo sino
redactar de una manera me
dianamente aceptable.Esto
es lo realmente trabajoso
y delicado.Ese es el fin,
el cometido de quien bus
que serlo.
Aquí en España no es más
cómodo y menos aún emanci
pándote de esas editoriales
que no te dejan crear de
una manera autónoma,en
ideas ,quiero decir.
Cuando yo lo hago,sabes?,
como cualquiera hoy en día
puede hacerlo,me siento
liberada,es como un respi
ro,y es suficiente premio
para mí.
Tú tienes esa gracia,dis
frútala y deja que también
los demás nos deleitemos
con ella.
Pero oye,si alguna vez,por
algún casual,te conviertes
en un renombrado escritor
y empiezas a codearte como
el Llosa con los poderosos
no olvides que yo siempre
siempre siempre te quise
mucho,ejem :).
Publicar un comentario