Indiana te enseña sobre historia del Perú

miércoles, 28 de mayo de 2008

Hollywood siempre ha sido una expresión cultural de la sociedad que ahora impera en el mundo, la norteamericana. No es novedad ni tirado de los pelos que sus cintas tengan mucha propaganda y de paso, como nos ven al resto del mundo, en especial a los países en vías de desarrollo.

No es raro que los gringos siempre se computen los mejores por sobre todos, en especial sobre nosotros las pobres naciones de Latinoamérica y nos vean como una mezcla de cosas extrañas o exóticas que no entienden y que tampoco les interesa entender. Los grandes estudios, que en parte reflejan la mentalidad de muchos estadounidenses a ultranza, han tomado nuestras culturas para tergiversarlas en grotescas aberraciones donde terminamos pareciendo salvajes al mismísimo estilo de las culturas negras en África, la diferencia está solo en el color de la piel y que construimos grandes monumentos.

Estos párrafos anteriores no son más que una excusa para hablar de la última obra maestra de Hollywood. Les hablo del arqueólogo aventurero “Indiana Jones”, si, esa peliculita del tío Harrison Ford donde nuestro país tiene una importancia notoria, pero que sin embargo se han encargado de desvirtuar muchos puntos de nuestra realidad histórica, geográfica y cultural.

Mi afán no es el de hacer una crítica cinematográfica al film en cuestión, pero por lo visto se ve que es de muy mala calidad a pesar de los grandes nombres que tiene detrás de si (Steven Spielberg y George Lucas)

En el film el viejo Indiana se traslada al Perú para una nueva aventura y, oh sorpresa! Tiene que irse a las líneas de Nazca las cuales se encuentran ¿en el Cuzco? Exacto, en el Cuzco, ciudad serrana e imperial de nuestro país donde, o al menos no que se sepa, ningún resto arqueológico parecido al de nuestros antepasados Nazca se encuentra allí. Pero no seamos duros, a lo mejor fue un pequeño desliz, o quizás no.

Tengo mis dudas sobre si fue un desliz. Vamos, no me lo creo.

Ahora, cuando el tío Indiana llega al Perú hay una orquesta en el aeropuerto que recibe a los turistas, se supone que el recibimiento debería ser con algún folklore propio ¿no? Pero no, en vez de eso se escucha una ranchera muy mejicana, alejada por miles de kilómetros de nuestra tradición.

¿Otro desliz casual? No se, pero creo que están homogenizando a nuestros países con lo más comercial ¿no les parece?

En la misma escena se acercan a hablar un par de nativos en un lenguaje incomprensible para el alienado y aburguesado hijo de tío Indiana, es quechua, responde el aventurero padre, el hijo intrigado por el conocimiento de su progenitor le pregunta tontamente dónde es que lo aprendió. El punto seguido es necesario, créanme. Lo aprendí cuando estaba con Pancho Villa en la revolución.

Esteeeee ¿What? A lo mejor será Pancho Fierro, a ver, un momento retrocederé el DVD, un momentico por favor………… El hijo atolondrado y bien parecido pregunta dónde aprendió a hablar el quechua. Otra vez el punto seguido es necesario. Con Pancho Villa en la revolución. ¡Coño! Pero ¿acaso Pancho Villa no es mejicano? ¿Cómo podría él hablar quechua? ¿tal vez hablaba mexica, la lengua de los aztecas? Pero no, Pancho Villa era un mestizo que no hablaba otro idioma más que el castellano y todos saben que el quechua es propio del Perú y otras pocas regiones de Amétrica del Sur.

Esto si que no parece un desliz, no hay cabida a duda sobre ello.

Pero aquí no acaba. Según la película, una pirámide se alza en la selva del Perú ¿una pirámide y en la selva? Las culturas de la selva se quedaron en períodos muy arcaicos que hacía imposible que fuesen capaces de construir tales monumentos. Pero dejémoslos, puede ser una libertad del guionista que se puede hasta entender. Pero lo siguiente no. Esta pirámide, que por cierto se parece bastante, yo diría que es igual, a una de las que levantaron los Mayas y Aztecas de las cuales salen guerreros desvergonzadamente mayas. INCREIBLE.

Sin embargo, si esto te ha parecido en verdad una “mierda” y permítame la lisura esta vez, lo peor de lo peor viene enseguida.

Casi al final del film emerge de la mencionada pirámide enclavada en plena frondosa selva peruana una nave extraterrestre, te preguntarás ¿y eso qué tiene que ver? A primera vista nada, parece ser un elemento más de ficción, pero como dicen muchos historiadores entrevistados al respecto coinciden en interpretar esto como que los “gringos” todopoderosos son los únicos que han podido levantar monumentos y demás, en cambio que el hombre americano, sus culturas solo pueden explicarse en su esplendor, desarrollo por intervención extraterrena mas no en base al esfuerzo e intelecto de estos antiguos americanos.

El famoso dramaturgo y conductor de programa nocturno Aldo Miyashiro dice que todas las manifestaciones de enojo expresadas en los días anteriores es una exageración con el pretexto que es una película de ficción, pero recalcando que el no está saliendo a favor del film en mención.

Respeto mucho la opinión del popular “Cara dura”, pero a pesar que sea ficción, no es posible que en la ficción se confundan culturas diametralmente opuestas, que no sepan la ubicación de una ciudad como Nazca y ubicarla en el Cuzco, que el quechua lo habló un mexicano que nunca salió de su país y que tampoco habló otro idioma aparte del castellano. Y por último, que los orígenes y logros de nuestras antiguas civilizaciones sean explicadas solo por intervención foránea, en este caso, en las afueras del mundo.

Pero ¿por qué se hizo esto?

Tal vez por el hecho de que los Estados Unidos y mucha de su gente piense que somos gente incivilizada y bárbara, su ignorancia sobre nosotros es tal que desde México hacia abajo les parece lo mismo, como decimos en Perú, “la misma chola….” No hay tal diferencia entre el Perú, Bolivia, México, El Salvador y todos los demás.

En si, Indiana Jones y su última aventura no son más que una muestra de lo que los gringos piensan de nosotros, de su complejo de superioridad y su ignorancia por conocer más sobre los demás e Indiana representa a ese viejito que anda por el mundo saqueando pero, como es gringo, hijo de la nación más poderosa del mundo, está bien. Una metáfora. Como de todas las guerras que han hecho y que nadie puede cuestionarla porque es en nombre de la “libertad”.

Dicen que todo esto tiene su lado positivo porque pone al Perú a los ojos del mundo. Eso es verdad. Pero a lo mejor algún turista incauto cuando pise nuestras tierras quiera visitar alguna pirámide enclavada en nuestra selva, o quizás un mochilero viaje al Cuzco en buscando de la Líneas de Nazca. Ese será el legado de abuelito Jones…


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