Pregunta de difícil de respuesta ¿Fujimori?

domingo, 28 de febrero de 2010

Al pensar en Alberto Fujimori siempre invaden mi mente muchas interrogantes (las mismas que me formulo desde hace ya unos buenos años) ¿Qué hacer con él? ¿De qué manera debemos juzgarlo los peruanos? ¿Debemos dejar que lo negativo nuble los hechos (que existieron, quien lo niegue es un felón) positivos?


¿Qué hacer con Fujimori?

Haciendo memoria

Era un sábado y me encontraba en un bus con dirección a mi casa en Breña regresando del trabajo. Eran casi las 5 de la tarde. Un sujeto de con pantalón y camisa de vestir se sienta a mi costado, noto que su corbata blanco y celeste no está ajustada, es más, la lleva colgando coqueta ella del cuello de la camisa.

El viaje era largo, así que decidí sumergirme en la lectura de un diario que en horas de la mañana había comprado en el quiosco de la esquina de mi casa.

El sujeto vio que leía el periódico con avidez. Se le veía algo inquieto, como ansioso, no dejaba de mirar los titulares con una curiosidad que ya comenzaba a producirme cierto escozor.

Pronto, tras terminar de leer las noticas que me interesaban, el hombre me dijo muy agitado él, si le podía prestar el periódico, petición a la cual accedí.

Recuerdo que todo comenzó cuando leyó la noticia relacionada a los niños que Sendero Luminoso raptaba para adoctrinarlos con la finalidad de convertirlos en niños soldados.

Conversamos al respecto, un bonito diálogo, intercambio de ideas, hasta que llegamos al punto en que se redujo a Sendero, lo que fue el período de los 80 y los 90.

Fue entonces cuando el hombre (un tipo muy instruido, se notaba) plasmó en la conversación la importancia de Alberto Fujimori como artífice del fin del terrorismo y la pacificación del país. Es a raíz de dicho episodio que surge este post.

Recuerdo un fragmento de la conversación que puedo, prácticamente, citarlo textualmente:

“No es posible que el Perú le pague así a un hombre (Alberto Fujimori) que ha hecho tanto bien al Perú. En todo caso, el mismo trato deberán dárselo a García al culminar su mandato por las matanzas de los penales, Cayara y otros más”

Reflexión visceral

Esto me hizo pensar mucho en este punto: si es que Alberto Fujimori le hizo, en realidad, un bien al país, fue todo negativo o, simplemente fue una mezcla de los dos derivado de sus modos de gobernar a un Perú con terrorismo, hiperinflación, desempleo, inseguridad social, entre otros.


La opinión vertida por esta persona ha perdido popularidad, es vista con malos ojos, con desprecio. Sin embargo, este un punto de vista generalizado entre diversos sectores de la población que se vieron beneficiados (y a esto no me refiero con poder de cualquier tipo) durante el mandato del ex presidente, dictador, llámenle como quieran.

Desde mi perspectiva, puedo entender ciertos aspectos y otros no.

¿La Salvación de la economía nacional?

A mi modo de ver, lo que se hizo en materia de terrorismo y el repunte de la economía peruana fue muy bueno el primer mandato fujimorista, pero tomemos en cuenta que este no fue un ideario concebido cuando el “chinito” era candidato; es sabido que esto se debió producto de la migración que hicieron los tecnócratas de Vargas Llosa al quedar este desaforado en la contienda electoral del año 90.


En ese sentido, entre una solución populista que nos iba a traer muchas mayores complicaciones, Fujimori optó por una solución neo liberal, plan que de haber ganado el escritor de “Conversación en la Catedral” habría aplicado de la misma manera.

¿Victoria sobre el terrorismo?

Cuando en setiembre del 92 se da la captura del líder máximo del Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso, la propaganda oficialista hizo ver que este fue un logro del gobierno, restándole el crédito real a la gente que conformaba el GEIN.

Para los entendidos, es un hecho que fue la Policía Nacional y no las Fuerzas Armadas las que a partir de la segunda mitad de la década de los 80 empiezan a dar duros golpes a los mandos de la organización senderista, al Comité Central Metropolitano, los organismos de prensa y propaganda, así como a los organismos generados de SL.

Es verdad que la política contrasubversiva de las Fuerzas Armadas había cambiado de la represión indiscriminada hacia métodos más selectivos (esto confirmado por el informe de la CVR) sin embargo, estas no lograron golpear significativamente a Sendero. Como dije líneas arriba, fue la inteligencia policial y, sumado a ello, los comités de autodefensa que fueron los responsables directos y reales de detener el avance militar de la “Guerra Popular” que Guzmán y su cúpula le plantearon al Perú de los años 80.

¿Autogolpe?

El 5 de abril de 1992 significó un quiebre entre el Estado populista de entonces y el comienzo del nuevo sistema neo liberal.

El llamado “autogolpe de Estado” tomó como excusa las trabas que el Congreso ponía a las legislaciones antiterroristas surgidas del Ejecutivo. Ahora, tampoco creo, como si lo hacen muchos antifujimoristas, DDHH`s a ultranza, que este haya sido un plan maquiavélico para reprimir, asesinar y demás.

Es verdad que la mayoría de golpes de Estado ha tenido tras de si a los más importantes grupos de poder económico del país (incluso extranjeros, nótese el caso de Chile en el golpe militar de 1973 apoyado por los Estados Unidos)

El 5 de abril fue distinto. No había una clase económica marginada, excluida ni mucho menos nacionalizada. Todo lo contrario. El proceso se daba a la inversa.

Los mercados se desregularizaban, así como las infinitas empresas nacionales se privatizaban, pasando a manos del gran capital, extranjero mayoritariamente. La decisión de este golpe, en mi criterio tuvo, primordialmente, intereses políticos secundados de los económicos pues la economía neo liberal estaba a toda marcha y no había oposición a ella (coherente o bien agrupada)


Había una necesidad por parte del gobierno y las Fuerzas Armadas (esta alianza se dio cuando Fujimori fue elegido presidente, aún sin asumir el cargo) de tomar las riendas de una nación que se les estaba yendo de las manos, además de institucionalizar sus acciones y visiones de país. Una visión que, hoy por hoy, todavía sigue latente en el desarrollo nacional.

Constitución

Si hay algo que Fujimori nos ha dejado como su mayor legado, es la Constitución de 1993. La Constitución Neo Liberal del Perú, aquella que en la actualidad todos los partidos critican, abuchean, pero ninguno se atreve a cambiar y/o reestructurar en sus bases.

Corrupción

Solo un iluso se atrevería a decir que fue el Fujimorato el causante de la corrupción en el Perú, esa plaga que hoy ya no es un hábito, sino una costumbre.

Aquél que sea un observador de la historia se dará cuenta que la sociedad peruana y sus representantes han estado infectados de este mal desde la fundación de la República misma. Hacer un repaso del nefasto gobierno de Echenique, o de la gestión del Oncenio de Leguía, los cuestionamientos en materia de drogas al gobierno de las Fuerzas Armadas (1968-1980)

Lo que cambia el panorama es que, mientras estos gobiernos realizaban sus corruptelas de manera clandestina, más underground de lo que dicho término quiere decir, el Fujimorato se encargo, vía Vladimiro Montesinos, de hacerlo una práctica común, necesaria sin alguna justificación, llevado al paroxismo, la corrupción no se institucionalizó, se expandió, que es muy diferente.

Lamentablemente, esa tara, ha corroído a la sociedad peruana, hasta tal punto que es poco probable que el peruano de a pie se sorprenda por una coima; es más, me atrevo a decir, que muchos las desean, la anhelan. Que la sociedad tenga esa visión sobre este tema si da pie a pensar que la corrupción, efectivamente, se está "institucionalizando”.


¿Políticos?

Junto con la corrupción y la Constitución de 1993, otra perlita es la que adorna la importancia del gobierno de Alberto Fujimori. La destrucción del sistema partidario nacional, la representatividad.

Hace unos días leí una columna de un diario nacional en la que planteaba la crisis de la política, los partidos, etc, que los jóvenes no se sentían atraídos por esta, ni tampoco había líderes que los representaran. Además, el texto daba a entender que el último gran proyecto colectivo, masivo que tuvo el Perú fue, precisamente, la figura del Alberto Fujimori, justamente, fue él quien se encargó de eliminar tales aspiraciones en nuestro país.

Fue el “chinito” quien dio origen a la racha de “outsiders” ahora tan comunes, esperables, desbalanceadores del juego de poder, pues fue el mismo Fujimori un outsider.


Con poco carisma, conocido tan solo para su círculo de profesores universitarios de la Universidad Agraria, carente de un plan de gobierno, nadie apostaba medio pelo por este hijo de migrantes japoneses.

Sin embargo, ganó la presidencia y resultó aplicando todas las medidas liberalizadoras que el candidato con una propuesta ideológica como Vargas Llosa planteaba al Perú. El resto, es historia.

Por eso, creo firmemente que los políticos actuales (fujimoristas, izquierda o derecha) son el legado que este señor nos dejó. De ese modo, vemos la infinidad de partidos, renace el caudillismo, sustentado en el carisma del líder, obviando las propuestas. La creación de partidos clientelistas que se constituyen para las elecciones, aglutinan gente y una vez pasado los comicios entran en decadencia, se disuelven.

O ver la falta de principios en los políticos que, como quien se cambiara de prendas interiores, saltan de un partido a otro, tocan la puerta a diferentes agrupaciones, abismalmente diferentes en planteamientos y “propuestas”. Los tan mentados “tránsfugas” esos políticos al servicio de sus bolsillos y de la elite a la que sirven.

La caída

Mientras planeaba estructurar y redactar este post me había puesto como finalidad no caer en los típicos extremos: la crítica ciega, carente de “objetividad” y la apología barata, provista de mucha mentira.

Tampoco quise caer en hacer un recuento de lo que pasó, pues eso sería tonto, hacer lo que todos hacen. No era esa mi intención. Por esa razón, este post ha sido, en buena medida, escrito y reescrito para ajustarlo a mis expectativas y, espero a las suyas también.

Como se habrán dado cuenta, lo que he expuesto líneas arriba es mi opinión muy personal, llena de influencias, documentos, artículos, columnas, así como la reflexión del día a día de la política en la época que me ha tocado vivir, de la cual mi generación es la heredera directa y su desidia, pusilanimidad y demás son una consecuencia, en buena medida, de este período.


Al inicio de estas líneas me preguntaba ¿Qué hacer con Fujimori? Y creo que sigue siendo una respuesta difícil de dar, y honestamente, no me siento en la capacidad objetiva de darla.

Tan solo vale decir que estamos viviendo el período post Fujimori del cual pareciera no podemos, o no queremos salir, porque los peruanos somos así, sufrimos, pasamos momentos a ciegas, nos quitamos la venda, nos admiramos, nos da repulsión, hacemos puchero, botamos la basura y siempre creemos que con eso basta (lo mismo que sucede con la barbarie del terrorismo, ya todos lo ven como algo lejano, ajeno, obsoleto, digno del GRAN OLVIDO NACIONAL) Ese olvido, esa indiferencia es la que hace que hoy por hoy la sociedad peruana se encuentre sumida en una decadencia abismal.

Eso no cambiará a no ser que formemos, nuevamente, una conciencia colectiva, un ideario nacional, el que ahora vemos como algo abstracto, utópico, sin valor.

La Chanfainita más grande del mundo

domingo, 21 de febrero de 2010

Bofe para la Chanfaina

Caminar por las calles de Lima siempre me genera nuevas experiencias, esta ciudad es tan variada, llena de matices, contrastes y oposiciones que es imposible escapar a sus reflejos tan expuestos.

Para el que vive en esta ciudad, no es nada del otro mundo ver esa asimetría arquitectónica de edificios grandes al lado de casas pequeñas o edificios sofisticados al lado de recintos coloniales o de porte neoclásico. Esa es Lima. La Chanfainita más grande del mundo.

El paisaje urbano de la Lima que yo conozco siempre se ha mostrado pituco, occidentalizado, por un lado; en el otro extremo de un chicherismo, de colores neón, de la exacerbación de lo estrambótico. Esa es la celebración de la mezcla de culturas del Perú condensadas todas en la gran ciudad a orillas del Pacífico y del río Hablador.

Más esa es solo una de las caras de la tradicional cucufatería nacional.

¡Horrible, Oye!

Lo que todos niegan en la capital es la cara fea, aquella que se encargan de esconder, de olvidar en la típica desidia criolla tan propia del limeño de antaño plasmada en todo tipo de banalidades (solo baste hacer memoria de la insensibilidad de la mayoría de los peruanos ante el conflicto desatado por Sendero Luminoso en los años 80 y que durara hasta bien entrado los años 2000)

Aproximadamente una semana y media atrás me dirigía hacia mi trabajo en San Isidro (distrito tradicionalmente burgués) Una cuadra y media antes de llegar a mi centro laboral crucé un pequeño jardincillo donde había una persona mayor de edad, un anciano podando el césped. Eso me pareció curioso porque jamás vi a un adulto mayor realizando dichos menesteres.

Pronto, me encontraba más cerca de cruzarme con el anciano cuando noto que este era muy pequeño, extrañamente pequeño, porque era corbo, una menuda joroba se asomaba en la parte superior de su espalda rozando la nuca. Acto seguido, vi al hombre cargar una podadora, muy pesada como para que aquél anciano la cargase. Pero lo hizo. Aún así, se notaba sin mucha suspicacia que aquello era algo que le producía mucho esfuerzo, probablemente mucho dolor.

Fue entonces cuando pasé al lado de él. Nuevamente había retomado la poda.

La Mierda

No lo niego, me sentí una “mierda”. Me pregunté ¿Por qué este hombre está haciendo esto cuando debería estar en su casa descansando? ¿Por qué la sociedad permite esto? ¿Por qué el sistema carece de compasión ante esta realidad?

No supe y no se qué contestarme ¿Acaso tu me puedes dar la respuesta?

Sin embargo, no se quién es más mierda. Si yo que escribo estas líneas con mucha carga de conciencia o aquél sujeto bien a la tela que miraba al anciano cargar dicho objeto pesado con una nefasta y consciente indiferencia. A eso tampoco me puedo dar una respuesta.

Tampoco puedo olvidar aquella mañana del año pasado, quizás por agosto o setiembre, cuando yendo, nuevamente, hacia mi trabajo vi a una mujer, vestida en atuendos típicos de la gente del ande, sin zapatos, si, el estereotipo de burla de la Lima blanca, mestiza y criolla. Si, una persona, también anciana con un pañuelo rojo, algo sucio, mendigando limpiarle la luna a algunos carros último modelo que transitaban entre Prescott y Salaverry. Aquella vez, como la última me sentí mal, culpable, miserable, me deprimí, asco hacia mi persona, sentir que mis problemas cotidianos, importantes para mí, en realidad no son nada en comparación a las realidades de estas dos personas.

Menudeces burguesas

Miro, escucho a las personas que me rodean, contar sus problemas, preocupaciones, sus menudeces, me parece tan insignificante cuando hay personas que tienen realidades extremas, al límite, llena de carencias, necesidades y conflictos.


No trato de santificar y victimizar a nadie, eso no serviría de nada, aquello es solo un lavado de conciencia poco eficaz, muy egoísta, un lavado de culpas.

¿Un anhelo?

Si algo quiero lograr con este breve post es hacer que la gente que lo lea no tome conciencia, sino que se ponga a meditar sobre esta situación y sopese sus problemas, sus ahogos en vasos de agua en comparación a la posible realidad de estas dos personas, o a cualquiera que les haga sentir una sensación similar a la mía y dejen de lado esa indiferencia y desidia burguesa tan característica de la sociedad limeña actual.

Por último, solo me basta de decir que yo soy igual de culpable que todos los indiferentes ante la realidad consumidos por las banalidades egoístas cargadas de hedonismo barato. Lo que nos diferencia es que yo aprendí a ver más allá de los límites de mi espacio íntimo, generando cierto tipo de conciencia. Eso ya es un paso.


En tanto ellos, NO.


ETERNOS HAILS!!!!!!!

Being a Blogger

viernes, 19 de febrero de 2010

I Blogger

Cada vez que me siento frente al ordenador con la intención de escribir unas líneas para este “espacio” me resulta una tarea nada fácil, porque considero que un blog no es solamente escribir por escribir.

“Manifiesto Bizantino” demanda mucho de mí al momento de decidir “qué es lo que voy a redactar”. No porque carezca de ideas para hacerla. Al contrario, y creo no pecar de soberbio al decirles que tengo mucho sobre qué escribir, enésimas cosas que contar y otras tantas narrar.

Sin embargo, hacer eso sería, a mi gusto, caer en la chabacanería de hablar por hablar; por tal me tomo la molestia de pensar en aquello que me salga de los cojones y de paso que pueda generar cierto interés en algún lector recurrente o en aquellos cuatro acólitos que siguen este humilde e independiente espacio.

Obviamente, y como dije en muchos “editoriales” anteriores, mi vocación de publicar posts no se basa en la moda, lo que está en boga, en lo coyuntural. Subordino mis artículos, primordialmente a mi gusto-interés-intención; luego racionalizo el tema buscándole un atisbo de importancia (la más mínima, porque entiendo que lo que escribo carece de actualidad más no de trascendencia) para algún internauta.

Espacio Independiente

La idea de crear un texto para un blog se me hace muy similar a la elaboración de un artículo para un diario o una revista. Un bloggista comprometido, ducho en su temática puede permitirse ser espontáneo a la hora de escribir mas no al momento de plantearse un tema. Este lleva (como sucede en mi caso) una previsualización, la evaluación, re evaluación y elaboración del mismo (esto de manera interna, subjetiva, dejo claro)

En estos casi dos años como blogger asiduo puedo denotar que un buen blog, sobre todo aquél que trata de trascender en el imaginario de sus lectores, debe contar con ciertos aspectos del que muchos otros carecen.

Es obvio que el blog tiene como finalidad principal diferenciarse de los espacios tradicionales de información, tanto en los medios masivos tradicionales como aquellos dentro de la web. Por tal, todo blog representa un espacio alternativo e independiente (indie. ¡Coño! Como venero dicho término)

Teniendo en cuenta lo antes dicho, para el blogger con sentido de percepción no le resultará dificil notar que muchos “blogs” terminan siendo una mera resonancia del “mainstream informativo”, es decir, que los textos publicados en dichos espacios son simples resúmenes de otras fuentes, sin darle una valor agregado a dicha información (valga decir un enfoque distinto o un punto de vista personal) restándoles valor.

Como este tipo de blogs he visto y sigo viendo muchos, lo cual no me desagrada. Lo que si me entristece, sobre todo, es que aparte de ser “pésimos blogs” no tienen ninguna característica que las diferencie del estándar informativo.

Un post en esencia “post”

Otro punto de mucha importancia es el tema. Existen espacios dedicados a un sola “problemática”, afición, interés, una amalgama tan amplia como se pueda imaginar. Eso me parece excelente porque diversifica y especifica la demanda por espacios que el “mainstream informativo” no se envalentona a tocar por diversas cuestiones, una de ellas la rentabilidad o la audiencia (rating, lectoría, escuchas)

Ligado a lo anterior, viene la elección de los artículos. Aquí tengo un especial punto de vista, el cual, probablemente sea un tanto dogmático al que no de cabida para la discusión; si bien los blogs son espacios independientes y libres, estos debieran entregar un buen producto, que cada texto deje algo al lector (y aquí regresamos al primer punto donde expreso que las publicaciones no deben ser meros resúmenes)

Rapidez, brevedad y sencillez

El último aspecto está relacionado a la rapidez del mensaje.

Teniendo en cuenta la manera como se difunde la información vía internet, conociendo que en este canal se pueden mezclar tanto texto, audio y video, la información debe ser de fácil lectura, rápida y medianamente concisa (cosa que muchas veces no empleo, debo admitir) dado que la web es un medio de información ágil, súper renovable, cambiante, dirigido a un público que muchas veces prefiere ver un video o foto relacionada al tema en cuestión.

Un Epilogue

Resulta esta ser una visión muy personal de lo que a grandes rasgos implica ser un blogger. Pero no quiero terminar allí, quiero hacer mención de un aspecto fundamental en todo este proceso de elaboración y publicación, y no es otro que el compromiso real de elaborar, publicar, y sobre todo, mantener vigente el BLOG, lo cual me lleva a otro punto.

Me he topado muy buenos blogs, de excelentes temáticas, poseedores de una redacción increíble, enfoques sumamente interesantes. Sin embargo, cuando uno comienza a seguirlos se da cuenta de la inconstancia, la escasez de periodicidad, un elemento fundamental para cualquier tipo de publicación.

Esto demuestra una cosa: no existe compromiso. Se toma al blog como una diversión, temporal, retomable en cualquier momento, lo cual es cierto, pero demuestra la falta de seriedad en el trabajo de muchos “bloggers”,

No puedo negar que en dos ocasiones (ambas duraron un par de meses de inactividad) me alejé de “Manifiesto Bizantino”, la primera ocasión por dejadez y escaso compromiso; la segunda por un fuerte bajón emocional.

Este espacio es tan importante como comer, estudiar, escuchar música o ir al laburo. Es parte de mi vida. No demando que los bloggers tengan la misma actitud, porque cada quien realiza sus procesos a su manera, pero si espero que al leer un blog que me guste este mantenga un flujo constante de información.

Aún quedan en el tintero temas como la problemática si los blogs u otras herramientas de web 2.0 podrán reemplazar la labor de los periodistas, pero eso será ya cuestión de otra “editorial”.



¿Jaime Pa` Presidente?

jueves, 4 de febrero de 2010

Intro

Desde hace unas semanas el escenario político con miras a las elecciones presidenciales del 2011 se ha visto remecido por la supuesta candidatura del periodista y escritor Jaime Bayly quien, con mucha de su característica ironía y ambigüedad ha planteado propuestas, las cuales no han pasado desapercibidas para la clase política nacional.

No es mi afán hacer un recuento de los comentarios que han hecho los representantes de las más importantes tiendas políticas, ni tampoco hacer alusión a los artículos y blogs que hablan al respecto.

Sobre la candidatura

Para ser honesto, espero que la candidatura de Bayly se concrete. No digo esto por estar de acuerdo con sus propuestas; es más, de aquellas que ha presentado, estoy en una posición de 50-50 respecto a sus postulados.

Discutir dichos puntos o el hecho que la mayoría de opiniones en contra (artículos y blogs de pésima calidad interpretativa) están formadas de argumentos tan poco coherentes, no viene al caso.

Todo lo contrario, busco centrarme en lo que consideró “la repercusión respecto a la incursión de Bayly en la política peruana”

El afamado escritor no está en posibilidades de ganar las generales del próximo año. Ni siquiera de llegar a segunda vuelta. Sin embargo, esto es lo de menos si analizamos a la clase política que nos gobierna.

¿Nuevos aires?

Existe un hecho concreto. En el Perú, “política” resulta un término anestésico, anquilosante: esto se debe a la falta de representatividad imperante, los continuos casos de corrupción al orden del día y/o el hecho que la opinión pública tiene el concepto (no exento de razón) que los políticos usan el poder para beneficio personal o partidario.

Dentro de este marco sin horizonte ¿Qué ofrece la candidatura y eventual incursión en la vida política del Perú de Bayly?

Desde mi perspectiva hay muchas, pero una, sobre todas, es la que tendría mayor repercusión.

Tras su derrota electoral (un hecho del que estoy 100 por ciento seguro) Bayly no hará sino definir si sigue dentro de escenario político o regresar de nuevo a sus lides periodísticas y de escribidor.

De suceder lo primero, le tocaría a Bayly crear una organización (o partido) que genere un proyecto sólido de obvias raíces liberales. Esto, a primera vista pareciera un claro continuismo a las políticas de la derecha tradicional.

¡Craso error! Recordemos que Bayly, en los últimos días ha criticado duramente tanto a la izquierda (jurásica, sin ánimos de rejuvenecer y despertar a la realidad del siglo XXI) tanto como a la derecha cuyo dogma continua dentro de los parámetros conservadores, canónicos, etc.

Para que este proyecto se encauce como una alternativa coherente, Bayly ya ha esbozado ciertos puntos que se reflejan en su mentado “Plan de Gobierno” que, y a pesar que la mayoría tienen un carácter (digámoslo así) moral o ético están en contra tanto de izquierdistas como derechistas, ese “mainstream” que aún no supera sus complejos y rivalidades desde que la “Guerra Fría” se calentara para derretirse por completo.

No. Jaime Bayly no es, ni de lejos, el salvador de la política lorcha, pero si le daría un respiro, nuevos aires a la misma. Así mismo, haría (como ya lo está haciendo) que la tradicional docilidad política de la juventud peruana empiece a voltear la cabeza mostrando un incipiente interés por las cosas que atañen a la colectividad.

Una Perspectiva

La supuesta candidatura del escritor, ni de lejos, tiene probabilidades de poner en “jaque” a muchos de los posibles candidatos presidenciales (de derecha y centro derecha) como Castañeda Lossio, Flores Nano, Toledo o PPK, quizás les quite unos cuantos de miles de votos, pero aún así, no sería gran cosa. El panorama hacia el 2011 se define de a pocos, es predecible; y en esa esfera, Bayly no encaja.

Sin embargo, y a pesar de lo expuesto líneas arriba, sus propuestas generarán debate, seguramente no en la esfera pública, en los medios de comunicación, los diarios o programas más importantes, pero estoy convencido que harán pensar al ciudadano, reflexionar sobre dichos temas (tales como la libre elección del aborto o la legalización de las drogas)

Por otro lado, me resulta irresponsable lo que los críticos en contra centren sus “reflexiones” en el supuesto que dicho personaje llegara a la presidencia, resaltando su adicción a los fármacos, su supuesta volatilidad, etc. Argumentos, totalmente subjetivos, poco válidos pues, si hacemos memoria, nuestro actual presidente es un maniaco depresivo, medicado con “litio”. Entonces ¿Está Alan García en óptimas condiciones mentales para dirigir los destinos de un país? Esa pregunta compárenla con la realidad y respóndala ustedes mismos.

No soy un entusiasta de la eventual candidatura de Jaime Bayly, pero si lo soy del hecho que pueda ser parte de un proceso de renovación de la clase política, del hecho de crear un movimiento con una propuesta coherente no solo en el plano político-económico, también de carácter ideológico, ético, moral, acorde a la realidad de la sociedad peruana del siglo XXI y que esto genere la evolución de nuevos grupos con ideas frescas (de cualquier tipo de ideología) capaces de generar no solo progreso, desarrollo sino de propiciar el involucramiento de la colectividad que hoy por hoy se encuentra desentendida de los llamados procesos sociales.

Con todo, no tengamos la menor duda que la campaña electoral del 2011 será una de las más interesantes que los peruanos hayamos vivido si no en décadas, si en años.


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