Habitando la autopista de la desinformación

domingo, 18 de enero de 2009

Internet como un medio de consumo se muestra como el espacio más democrático para poder comunicarse y expresarse. Sin embargo, en países como el Perú, el acceso a Internet significa un elemento de distinción social que, lamentablemente, es utilizado como simple distracción por una juventud, aparentemente, sin rumbo.


El Internet, en los últimos años se ha convertido en el boom revolucionario de las comunicaciones, ha cambiado nuestra manera de comunicarnos, expresarnos, informarnos y muchos etc`s.

En países desarrollados, una computadora con sistema de Internet es tan común como poseer una cama, un televisor. Sin embargo, en los llamados “países en vías de desarrollo” aún sigue siendo un factor social, cultural, económico y político, el hecho de tener y
a una computadora, y mucho más aún contar con servicio de Internet en el hogar.

Hay un blog que me gusta leer mucho, se llama “Nadie Lee lo que Escribo” y precisamente, en su último post habla sobre el hecho de ser un Blogger, de cómo esto está condicionado por factores culturales, sociales, económicos y hasta políticos.


Debo confesar que en líneas generales comparto las ideas de dicho post, comparto en que explicar el poco interés por la reproducción de textos de la juventud peruana actual, a la que muchos pertenecemos, es cierta y por demás decadente y patética.

Solapadamente Excluyente

Pero quisiera agregar algo al comentario de dicho post, a modo de idea propia: Es verdad que la gran mayoría de cibernautas en el Perú son jóvenes que únicamente recurren a la red para conversar por el msn, chatear, revisar y colgar fotos en el hi5, Facebook, etc, o los juegos en red. Pocos son lo que recurren al Internet para buscar información (que no sea para algún trabajo escolar o universitario) o para bloggear.

Es cierto también que la educación en el Perú está configurada de tal modo que los estudiantes de la nación, aquellos que, supuestamente son el “Futuro de Perú” salgan con conocimientos básicos aprendidos de manera monótona e intrascendental, donde los alumnos, desde niños, no se ven motivados a aprender, a desarrollar el intelecto. Lo digo desde una perspectiva personal pues, yo estudié toda mi educación en colegios particulares, tuve la suerte de hacerlo y, sin embargo, a pesar de ello veo que muchos de mis compañeros y amigos muestran poco interés en producir algo, en abrir un libro al que de seguro no llegarán ni a la solapa. En otras palabras, son parte de la actual cultura audiovisual que no permite la abstracción del cerebro, al contrario, induce a la rápida captación de información (pues esta cambia a cada minuto por la misma velocidad de los medios de información contemporáneos) lo cual hace del receptor un testigo sin voz, sin tiempo para entender este flujo de información.

Si esto, puedo percatar de personas con estudios privados, sin ser estereotipado ¿qué se puede esperar, entonces, de un niños promedio, mal nutrido, que vive en la pobreza con una educación estatal, por demás deficiente y básica?


El hecho que el mundo actual se mueva constantemente a un ritmo informativo como nunca antes se vio, conlleva a consecuencias expuestas en el mencionado blog. Todo es parte de un sistema económico que ha condicionado su política hacia el descuidado de aspectos fundamentales de sus sociedades nacionales, como es el caso del Perú.

No se puede decir que la educación es mejor ahora. Antes, y lo creo sinceramente, era mucho mejor; la diferencia es que esta educación era abiertamente excluyente para las clases poseedoras. Ahora, es solapadamente excluyente.


Un Pretexto ¿el “Caballo Fuerte”?

Los últimos dos gobiernos dicen que el Perú se encuentra por uno de sus momentos más importantes, en términos económicos, las cifras macro económicas son mejores en compa
ración con el resto de países de la región. Y eso es verdad. Nadie lo puede negar. “Es un hecho concreto”, como diría Harold Forsyth.

Lo que también es un hecho es lo siguiente. Si tenemos, aparentemente, un Estado que se robustece cada día más ¿Por qué, entonces, el gobierno no invierte más en la educación o en el sistema de salud pública? El mismo Harold Forsyth dice que para abarcar los temas sociales se necesita “Tener el caballo fuerte” haciendo referencia al Estado. Pero el “caballo” se encuentra relativamente fuerte y con presupuesto de sobra para invertir los sectores antes mencionados mientras se abocan a la promoción de otros sectores, de grandes inyecciones de dinero en rubros que ahora son el orgullo de la economía nacional formal.

No se instruye porque, quizás (y doy el beneficio de la duda, para no sonar t
endencioso) al gobierno, no al Estado, hagamos la diferencia, no le interesa en lo más mínimo la instrucción de calidad de sus habitantes habiendo presupuesto y personal docente “independiente” que podría tomar la batuta de una estructurada y coherente reforma educativa (obviamente) originada desde los órganos gubernamentales y estatales.


Conocer las debilidades

Sin embargo, para que esta reforma sea en verdad positiva,
es necesario que estos reformistas entiendan la calidad cognoscitiva, social, cultural y económica del alumnado, cuales son sus falencias y a partir de ellas armar un plan educativo nacional. Y no es conocimiento que nuestros estudiantes, incluso universitarios, carecen de comprensión de lectura, lo que conlleva a una difícil abstracción de conceptos, ideas, discernimientos.

Solo así podremos esperar que la juventud pueda aspirar a una producción intelectual (no en su sentido clásico, sino en lo referido a la creación, a la interpretación en cualquier actividad del desempeño humano) que al fin de cuentas, el Internet no deje de servir para chatear, jugar, sino también para conocer mucho más, escribir, intercambiar ideas.


¿De quién es la culpa?

Al final de cuentas, y esto es una idea que con el tiempo y mi poca experiencia de vida he llegado a entender; no todo es culpa del sistema, o el gobierno que nos subyuga y nosotros somos pobres incautos inocentes. Ese pensamiento tiene mucho asidero fáctico, pero también se ve nublado por muchos sesgos que no permiten ver más allá.

Es cierto, al sistema, al gobierno, en este caso del Perú, no le interesa la instrucción de sus pobladores. Se nos vende la idea que estamos mejorando, creciendo, más eso no lo vemos en la vida diaria. Con una juventud alienada, desprovista de valores, sin visión de futuro, sin te
mas de conversación, la marginación de amplios sectores deprimidos de la población nacional excluidos de la producción y de la riqueza que tan afanosamente se presente no se puede esperar más que la desidia de los jóvenes ante su sociedad, su visión de futuro, antes de empezar a vivirla.

Teniendo en cuenta esto, también es responsabilidad de las personas dejar su condición intelectualmente atrasada, claro, me dirán, pero ellos no están concientes de ello. Y es probable que sea cierto. Pero en muchos casos. No. Les gusta como viven, creen que la manera como son es la correcta. Y no tiene nada de malo. A lo largo de la historia las sociedades más cultas han tenido, al mismo tiempo sus disidentes entregado a valores totalmente opuestos.


Lo que queda por hacer, más que echar la culpa al gobierno, al sistema, que en verdad la tienen, es buscar mecanismo para generar el debate social, la inclusión de la juventud en estos, porque escuchar siempre hablar a los viejos por nosotros no trae la representatividad que muchos a la deriva buscan. Es allí desde donde hay que partir para formar una sociedad con futuro.

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