Acerca del Caudillismo en el Perú

domingo, 25 de abril de 2010

No hace mucho, revisando algunos diarios de lectura común me topé con un artículo que hablaba sobre el caudillismo, si, ese mal consecuencia de la crisis política que viene sufriendo el país desde décadas.

Sin embargo, haciendo un pequeño “flashback” al pasado republicano me doy con la “Oh, sorpresa” que este no es un problema reciente, sino es una “tara” (por decirlo de alguna manera) que se arrastra desde hace más de un siglo.

No es mi intención hacer un recuento histórico pero si mencionar a grandes rasgos algunos precedentes.

La Primera Ola: Viejos caudillos

Cuando el Primer Militarismo hacía lo que quería con el Estado como una granja, existía la figura del “caudillo militar” basado en la valentía en el campo de batalla, con un ejército personal que le vitoreaba cual conquistador milenario sin tener sus “seguidores” la más mínima idea si este personajillo contaba con algún plan económico, político o social. Ese era el Perú en la primera mitad y parte de la segunda del siglo XIX.

Con llegada del civilismo al poder, parecía que esta tradición atrofiante llegaría a su fin. Y es cierto, casi se logra hasta que estalló la guerra con Chile (1879) la misma que demostró lo frágil que era el Perú como nación, como Estado, como proyecto de desarrollo y democracia. Solo baste recordar aquella vieja anécdota en que un oficial chileno pregunta a sus soldados “¿por quién peleas, soldado?” a lo que estos respondían “Por Chile”. Cuando llega este al sector de los prisioneros peruanos formula la misma pregunta “¿Por quién pelea, soldado?” a lo que el peruano contesta “Por el general Miguel Iglesias” el oficial decide preguntar a otro soldado nacional y contesta “Yo peleo por el Taita Cáceres”. ESO ERA EL PERU (y sigue siendo)

Después de la guerra se erigió como gran héroe el dictador Nicolás de Piérola y este fue el primer caudillo civil del Perú, en base a él, a su figura se forjo un partido nacional el cual se mantuvo fuerte y vigente mientras su líder vivía. Una llegada la muerte del ex dictador, su agrupación ingresó a un periodo de franca decadencia, el mismo que terminó por eliminarlo del ruedo político.


Luego de Piérola se puede distinguir, claramente, la figura de dos caudillos que marcaron las décadas del 20 y 30 del siglo pasado. Me refiero a Augusto B. Leguía, quien gobernó de manera autoritaria la nación por once años y Luis M. Sánchez Cerro quien gobernaría por tres años hasta su asesinato en 1933, Bajo su figura se formaría la “Unión Revolucionaria” la misma que tras el magnicidio se disolvería al poco tiempo.


Otro caudillo sería el dictador Manuel A. Odría quien, con políticas se hizo con el poder durante ocho largos años, apoyado por un aparato represor eficaz a la hora de silenciar a posibles, potenciales y abiertos opositores al régimen. Creo el UNO (Unión Nacional Odriista) nada menos ególatra y reflejo vivo de la imagen que este militar tenía de si mismo) Sin embargo, este partido duro un poco más de una década en actividad hasta que la muerte de su líder y único cuadro de trascendencia falleciera. Como es de imaginarse, el destino de esta agrupación fue el mismo.


La segunda Ola: Caudillos “Demócratas”

El lector intuitivo podrá notar que la “Primera Ola” de caudillos han tenido una tradición autoritaria, acuartelada y dictatorial.

La “segunda ola” a la que llamo la de los “Caudillos Demócratas” tiene en sus bases a civiles que llegaron al poder o formaron parte de partidos de masas con una base ideológica cohesionada en su interpretación de la realidad nacional.

El primero de estos caudillos demócratas no es otro que el ya fallecido ex presidente Fernando Belaúnde Terry, quien gobernaría el Perú en dos ocasiones (1963-1968 y 1980-1985)

La historia parecía darle a su partido, Acción Popular, las bases para ser una organización de largo aliento, sustentada en cuadros de importancia capaces de tomar las riendas de la conducción partidaria en caso el líder y fundador no se encontrara.

Sin embargo, para los años 90 AP era una organización subyugada, había perdido llegada tras la derrota en su alianza con el Partido Popular Cristiano y el Movimiento Libertad en las elecciones presidenciales de 1990. Para cuando el Fujimorato había caído, AP se encontraba en franca decadencia que se acentuó más con la muerte del ex presidente Belaúnde. Su sucesor Valentín Paniagua le daría un breve auge hasta que la muerte tocaría otra vez a la puerta.

Es a partir de este momento que dicha organización entra en un período de decadencia dirigencial al no contar con cuadros cohesionados bajo un solo liderazgo, lo que ha conducido a luchas internas entre tres facciones muy marcadas: aquella liderada por el popular “Vitocho”, otra por Johny Lescano y otra por la autodenominada y nada santa Rosario Sasieta.

A pesar de ello, salga quien salga victorioso. AP parece estar llegando a lo que podríamos calificar como su último aliento, pues ninguno de los tres personajes tiene la estirpe política, ni la llegada para convocar ni unificar a un partido de masas. Simple como eso.

El segundo personaje es la antigua lideresa absoluta de la alianza de partidos conservadores de derecha “Unidad Nacional” y hoy presidenta indiscutible del aún conservado Partido Popular Cristiano (PPC) Lourdes Flores Nano.

Flores Nano se hizo de un nombre al ser congresista durante toda la década del 90 del siglo pasado. Se ganó fama de haber puesto seria oposición y crítica abierta al régimen autoritario de Alberto Fujimori.

Ese imaginario le valió para consagrarse como heredera política del fundador del PPC Luis Bedoya Reyes, herencia que le permitió lanzarse en dos oportunidades, ambas fallidas, como candidata a las elecciones presidenciales del 2001 y 2006, en todas pasando a la segunda vuelta…pero hasta allí nomás.

Hoy por hoy, resulta un tanto difícil ver el futuro del PPC sin Lourdes Flores a la cabeza. Y es que uno se pone a buscar dentro de sus cuadros, “dirigentes”, la sorpresa es grande cuando se nota que salvo ella, no hay otra figura que, siquiera, tenga las aptitudes de continuar el legado de Bedoya Reyes y Flores Nano.

En tal sentido, se puede decir que la amplia figura de Lourdes indirecta (o quizás no) ha opacado y ha dejado sin espacio a una evolución política al resto de dirigentes de dicho partido.

Esto no hace más que recordar la vieja historia de otras tantas agrupaciones que tras el alejamiento, separación o muerte del líder o fundador no se pudieron mantener en pie, debido a la incapacidad de estas para poder cohesionarse y afianzarse en un interés político común, unión que si garantizaba la dirigencia carismática del máximo dirigente.

El tercer caudillo demócrata no es otro que el actual presidente Alan García Pérez cuyo estilo personalista y lleno de artimañas no solo para manejar el Estado, sino y sobre todo para dirigir su partido le valen, a mi juicio ese título.

Cuando el líder histórico del APRA, Víctor Raúl Haya De La Torres fallece en 1979 el APRA era (y sigue siendo) el partido mejor organizado del Perú, con cuadros formados desde la juventud, con una amalgama de dirigentes “históricos” y nuevos rostros como Alan García, Jorge Del Castillo, Agustín Mantilla o Luis Alva Castro que hacía a uno pensar que en el partido de la estrella de todo menos caudillos ni señores feudales.

Esta tendencia se mantendría indisoluble hasta la llegada de García a la presidencia en 1985. Fue allí cuando empieza a desarrollar su manera personalista y egocéntrica de dirigir a su partido, para ellos colocando a futuros rivales políticos en cargos de sumo riesgo, en cuyos errores se jugaban su destino político.

De tal manera, para cuando hubo finalizado su gobierno, la segunda figura más importante, como era Luis Alva Castro, fue aminorado entre las artimañas tejidas por García desde Palacio de Gobierno. El sabía que debilitando a sus rivales directos fortalecía su figura y con ella la del APRA, pero un APRA imposible de desligar de su nombre.

Tras su exilio y su vuelta el Perú en 2001 esta tendencia fue en ascenso, de tal manera que en la actualidad, figuras como Jorge Del Castillo o Mercedes Cabanillas resultan siendo piezas menores y de poca llegada con la población a pesar que tiene una base ideológica bien estructurada.

En el contexto actual, García entiende a la perfección que salvo él, ningún otro aprista puede ser presidente. Por eso, resulta un tanto risible ver a los “dirigentes” apristas como Nidia Vilchez, Mauricio Mulder y Jorge Del Castillo pelearse como locos por ser elegidos candidatos a las elecciones generales, cuando está claro que ninguno de ellos sucederá al popular “Caballo Loco” en el “Sillón de Pizarro”.

Alan sabe eso, y sabe de sobra que quien llegue a la candidatura va a salir trasquilado políticamente (un rival menos) y eso le dará un gran potencial para postular una vez más, intentar otra vez, darle una nueva empujadita a sus sueños megalómanos de ser presidente por tercera vez en el 2016. Nuestro querido presidente tiene esa fecha en mente. NO LO DUDEN.

Tercera Ola: Caudillos Populistas o “Outsiders”

La tercera ola de caudillos es una consecuencia de varios fenómenos, entre ellos cabe resaltar a los dos más importantes: la aparición del terrorismo a manos del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) y el proceso de inflación y crisis económica que aquejó a la nació desde principios de la década de los 80 y que se acentuaría a partir de 1987 con la estatización de la Banca.

Estos factores provocaron el descrédito no solo del gobierno, sino de la clase política en general que se vio totalmente obsoleta para buscar soluciones a ambos problemas, mostrando una burocratización excesiva en todos sus procesos, lo que condujo a un distanciamiento entre los políticos y la población.

En ese clima apareció el Movimiento Libertad liderado por el escritor Mario Vargas Llosa quien planteaba propuestas de carácter neo liberal (tener en cuenta que el Perú fue uno de los último países de la región en adoptar este modelo de desarrollo pregonado por los Estado Unidos desde 1980) las mismas que garantizaban acabar con el sistema populista, la hiper inflación y la re inserción del Perú en la comunidad internacional tras la “banca rota”.

Pero Vargas Llosa no ganó.Quien se le adelantó en astucia y “criollada” fue un mediocre profesor de número de la Universidad Agraria La Molino, un chinito descendiente de japoneses sin plan de gobierno, sin un horizonte ideológico, es decir un tipo totalmente improvisado. Pero eso si, ducho en el arte de engatusar. Me refiero a Alberto Fujimori Fujimori.

Cuando este desconocido llegó a la presidencia, el equipo de tecnócratas de Vargas Llosa abandona al escritor para sumarse a las filas del fujimorismo sabiendo que en el plano ideológico y económico sería fácil de manejar. Y acertaron.

Lo que sigue es historia conocida, pero baste decir que en torno a la figura de Fujimori, sus supuestos logros, su capacidad de mando se crearon mitos de hombre infalible, imprescindible, formando un caudillo sin ninguna base ni propuesta, cuya mejor arma eran la manera de exaltar a la gente y generar empatía. Es así como se origina este tipo de caudillo.

En tal sentido, partidos como Cambio 90 o Si Cumple, que se han constituido en base a la figura sacrosanta de Fujimori, están destinados a perecer con la claudicación, alejamiento o muerte del líder ya que no plantean otra plataforma de luchar que no sea relacionada con la libertad de su único líder (hoy entre reja) y porque durante sus años de mandato se concentraron en hacer de sus “dirigentes” meros ecos de pensamiento atrofiado, útiles, únicamente, para endiosar la figura de ese “chinito”

Caudillos Pos Fujimori

No se confunda, lo que viene a continuación podría parecer una cuarta ola, pero no, es la continuación de la misma con caracteres menos despóticos pero igual de escasos de bases y propuestas concretas. Estas son las figuras políticas de la actualidad, herederas directas de la manera de hacer política que Fujimori inauguró.

Con estos personajes seré breve.

Luis Castañeda Lossio, aprendiz de político, alcalde de Lima, gran “Cutrero”, cuenta con un caudal político basado en las obras hechas en su gestión edil, hechos palpables pero nada profundos que pueda generar debate respecto a ciertos tópicos fundamentales de la sociedad peruana.

Es un hombre coyuntural, no posee capacidad reflexiva. En tanto que su partido es una oficina llena de asesores de imagen que no trabajan para fortalecer a su agrupación “Solidaridad Nacional” sino para mejorar y enaltecer la figura pequeña de Castañeda Lossio. En el fondo, es un político de poca monta.


El líder del Partido Nacionalista, Ollanta Humala, es aborrecida por medio Perú y es cierto que hay razones de sobra para hacerlo por su perorata barata y su afán casi paranoico de jugar a ser la eterna víctima de los “malosos” neo liberales.

Recordemos que en la campaña electoral de 2006 su discurso se baso en defensa contra las críticas y discursos que solo llamaban a exasperar los ánimos de aquellas poblaciones en las el Estado ni la sociedad en su conjunto muestran interés alguno. Quitando eso, el discurso carece de idea, y mucho menos de presuntas soluciones.

Sumado a ello, sus representantes parecen ser lobistas de los intereses de Ollanta, defensores del mismo, funcionan a una escala un poco más burocratizada que el área de imagen de Castañeda Lossio (o sea, Solidaridad Nacional)


Como Castañeda, Alex Kouri, actual presidente regional del Callao, es otro caudillo que se escuda en las supuestas obras realizadas en el Callao para mantenerse vivo en el imaginario chalaco y ahora limeño pues sabe que a nivel programático e ideológico no llenaría ni un salón para 50 persona, y creo que me quedo corto.

Heredero directo de las artimañas del régimen fujimorista del cual ha sido miembro asolapado, sabe que su mejor carta es mostrarse como un hombre capaz e imprescindible.

Su movimiento, el cual ni siquiera merece ser mencionado sirve como “Área de Propaganda” Kouriista, donde los dirigentes son mensajeros a sueldo, escasos de convicciones pero con un tremendo amor por la “mermelada”


Por último cabe señalar a la hija del ex presidente Alberto Fujimori, Keiko Fujimori, quien no es necesariamente una política, pero cuanta con un carisma que su padre jamás tuvo ni tendrá (no le quitemos méritos tampoco, aunque caiga bastante pesada)

Como su padre, carente de ideas y propuestas se aferra a la consigna de rescatar todos los logros que el gobierno de su padre “logro”, así como conseguir la liberación del mismo. Fuera de eso, nadie, al menos que yo sepa, le ha escuchado pronunciarse respectos a temas de fondo.


Ideario antipopulista

Pero ¿por qué sucede este fenómeno tan recurrente en el Perú?

Desde mi punto de vista esto se debe a la eterna fragilidad que la sociedad y como reflejo la política ha sufrido desde los inicios de la República.

La falta de un proyecto país, la fragmentación social, el distanciamiento abismal entre diversos sectores sociales, los complejos propios de la sociedad republicana, el centralismo han facilitado el aislamiento de un sector favorecido respecto al resto del país. Factor que fue evolucionando conforme transcurrió el siglo XX y sobre todo tras caída del gobierno de las Fuerzas Armadas (1968-1980) que modificó todo en los usos sociales, regeneró los sectores sociales dando un paso importante en la ruptura de las amplias brechas sociales. Del mismo modo, las viejas mañas de hacer política.

Y este panorama es y será un caldo de cultivo para aquellos personajes como los descritos anteriormente, sobre todos los actuales que basan su “poder” en su capacidad de encabritar a las masas, mostrar una lista enorme de obras o hacer alarde de los logros de otros ex gobernantes, herederos, continuadores de dicho legado, cuando en sustancia son huérfanos políticos.

La sociedad civil, con la dejadez en que ha caído ha permitido que personajes como estos surjan. Producto del descontento y las ansias (no explícitas) de ser representados y sentirse parte de algo, buscan desesperadamente una fuga para esa frustración nacional en la que hemos caído. Y esto, como expone Alberto Adrianzén se ve claramente en las elecciones presidenciales, el simple hecho de votar.

“Por eso las elecciones presidenciales pueden convertirse o se convierten, en estos tiempos de fragilidad y baja institucionalidad políticas, en un “momento de ruptura”. Y eso tiene lugar cuando ese momento se convierte a la vez en uno de construcción de un pueblo o “momento populista”, en el que se constituyen al mismo tiempo un líder, un sujeto con una identidad política y un adversario”.


En tal sentido y como afirma Adrianzen, el caudillo moderno “no es un fenómeno político “sorpresa” como muchos lo califican, con candidatos “outsiders” y antisistema, sino que es más bien una lógica de la propia política” y añade que “son las condiciones (políticas, institucionales y estructurales) las que permiten la emergencia de esa lógica política. En realidad, mientras esas condiciones no se modifiquen la política tendrá un alto componente “populista” (o caudillista)”.

Yo no lo habría podido explicar mejor.

Sweet Young Thing ¿Qué es Grunge?

domingo, 11 de abril de 2010

Come on Down

Me recuerdo una vez, un día, una noche de un sábado de 1999 en la casa de mis primos. Como todos los fines de semana yo subía a su casa para darme una partida de Play Station.
En ese entonces tenía 14 años.

Un amigo en común tocó el timbre, le abrieron la puerta y entró al cuarto donde mi primo mayor y yo estábamos jugando. De pronto, mientras nuestros dedos machucaban con avidez ludópata los botones del comando, este amigo dijo “Gary ¿Por qué no te pones Nirvana?” mi primo accedió, yo no sabía que era eso (pues a las justas había escuchado en ese entonces a Oasis y Korn)

El disco comenzó a girar dentro de la lectora, pude escuchar ese sonido peculiar al dar infinitas revoluciones, entonces los primeros riffs de “Smell Like Teen Spirits” se quedaron grabados para mí.

Aquello me era muy fuerte, muy estridente, además, la voz de ese tipo llamado Kurt me zumbaba en los oídos como tratando de decirme algo importante que yo no lograba captar. Siguieron luego “in Bloom” “Lithium” y sobre todo “Territorial Pissings” que es la que más me gustó de ese álbum, incluso hasta ahora.


Yo, muy sonso, muy ignorante, pero sobre todo curioso, atiné (o desatiné) a preguntar “¿Qué música es esa, Gary?” “¿no te gusta?” fue lo primero que contestó Gary (el hermano hombre que nunca tuve) “Es bastante fuerte, pero me llama la atención” el amigo se metió “Es Nirvana, tío, Nirvana, Kurt Cobain” Gary siguió “A ese tipo de rock le dicen grunge”. Para ser honesto, seguía sin entender que trató de decirme con eso de “Grunge”

Pronto, una banda que pasó totalmente desapercibida, a pesar que su video me gustó mucho se convertiría en mi preferida y marcaría mi vida hasta en ese entonces y hasta el presente. Pearl Jam. Una vez más, Buscaba sobre ellos (2000) y me daba con la sorpresa que eran “Grunge”. Sin embargo, y recordando la palabras de mi primo hacía menos de un año, no encontraba mucha similitud entre el Grunge de Nirvana y el de Pearl Jam.

Just Gimme Indie Rock

Aún así, para mi la etiqueta “Grunge” ya estaba predefinida, aunque de manera bastante confusa.Pero, ¿existe en verdad la palabra “Grunge” para definir un tipo de música?

La mayoría definen esta palabra, grosso modo como un sub género del llamado “Rock Alternativo” cuya explosión se dio en los primeros años de la década de 1990 pero, y esta es otro interrogante ¿a qué se denomina rock alternativo?

Personalmente, ese es el primer término erróneo en todo este embrollo: rock alternativo “¿alternativo a qué?” como diría Billy Joe, cantante de Green Day en una entrevista en Woodstock 94.


En todo caso, el término más apropiado sería “indie americano” dado que este tipo de música (en sus inicios) independiente, alejada del circuito comercial tuvo, patrocinada por sellos independientes, sin mucha difusión masiva, alejado de las grandes revistas (su espacio eran los fanzines locales) surgió a mediados de los años 80 cuando el pop, el new wave y el glam eras las bandas rankeadas en las listas de los charts a nivel mundial. En ese sentido no hubo cabida para las bandas que mantenían la esencia del rock.

De este modo a lo largo de Estado Unidos surgieron focos o escenas de música indie, destacando las de zonas como Florida, California, Chicago, New York, Portlad y Seattle.

Esta última tuvo un desarrollo especialmente particular, sobre todo por lo alejado de las grandes ciudades a donde todas las grandes bandas iban.

Sweet Oblivion

Seattle no era rentable para bandas como Led Zeppelin, Motorhead o Ramones. Esto contribuyó a que la escena indie de la ciudad de la costa oeste de EE UU tuviera un desarrollo, si se quiere, autóctono, pues desarrollaría un estilo particular una mezcla hasta entonces no hecha: la influencia punk por un lado, así como la sicodélica, la hard rock y la metalera.

Para 1985 se podían reconocer dos bandas legendarias en Seattle, como Melvins y Green River. Estas serían el génesis de lo que luego sería el “Seattle Sound” mal llamado Grunge.

Estas dos bandas se caracterizaron por tener un sonido bastante caótico, dejando clara la influencia de las bandas punk más hardcore de la época (Black Flag, por ejemplo) y lo rasposo, pesado y denso del sonido del metal.

De esta influencia, aparecerían bandas luego emblemáticas como Skin Yard, Soundgarden, Screaming Trees, Love Battery, Blood Circus, Mudhoney, Mother Love Bone, Nirvana, Alice In Chains o Pearl Jam. Todas estas con un origen común, Seattle y una afinidad, dado que la escena era tan pequeña que todos se conocían y, sin embargo, surgieron un número increíble de bandas lo que fue diversificando la propuesta del “Seattle Sound” (The Walkabouts, The Young Fresh Fellows o The Posies, por ejemplo, tenían toques más Folk o pop)


Una vez iniciados los últimos años de los 80 algunas bandas de Seattle, gracias el crecimiento abrumador de su escena haría posible que un número de bandas empezará a tener difusión underground por diversas zonas de Estados Unidos. Entre ellas destacarían The Young Fresh Fellows, Screaming Trees, Skin Yard, Melvins (a pesar de ser prácticamente “dioses” en Seattle el resto de Estados Unidos aún no entendía lo que Buzz Osbourne y compañía hacían) pero sobre todo Mudhoney y Mother Love Bone que eran las que más gente convocaban y las que mejor vendían delas bandas provenientes de la “West Coast” americana.


Do the Evolution

Esto no hubiera sido posible sino fuera por el surgimiento de sellos independientes como C/Z Records (si, la que editaría el histórico Split “Deep Six” donde se encontraban bandas como THe U-Men, Melvins, Green River o Soundgarden y que daría pie al desarrollo de toda un escena) PopLlama Records, pero y sobre Sub Pop que sería la responsable de dar un reflujo de exposición y oportunidades a las bandas locales para que pudieran grabar sus maquetas, entrevistas en revistas especializadas, así como la organización de conciertos.

Esto permitió que la escena de Seattle empezase a ser tomada en cuenta dentro del indie americano como una de las más importantes, vitales y prometedoras. En consecuencia, una vez llegado el año 1990, Seattle estaba ya en boca de todos y era un vox poppuli que las bandas editas por la Sub Pop eran de los mejores lanzamientos independientes que pudieran existir.




Here Comes Sickness

El resto es historia conocida. En 1991, aparece el video de “Smell Like Teen Spirit” en MTV, la música “alternativa” deje de ser indie y se vuelve un producto, un mercado, se masifica tanto que deja de ser indié, pronto, casi todas la bandas independientes firmaban ya contratos con SONY, EPIC, COLUMBIA, VIRGIN, WARNER, etc.


Fue cuando el término “Grunge” terminó por convertirse en una etiqueta barata la misma que tomaría la industria discográfica para calificar a bandas no calificables como Stone Temple Pilots, Smashing Pumpkins, Collective Soul, Bush, Candlebox, Dinosaur Jr. o a los mismos Sonic Youth y Pixies.

Al mismo tiempo, esta industria comenzó a semejar que todo aquello, musicalmente hablando, que provenía de Seattle debía, necesariamente, llevar la etiqueta de “Grunge” y esto fue lo truncó el desarrollo de una escena tan prometedora que encontraba cada vez más espacios para generar nuevas propuestas.

Con todo, cabe señalar que “Grunge” fue una invención de Mark Arm, guitarrista y vocalista de Mudhoney, quien, en una carta a principios de los años 80 calificó a su primera banda Mr. Epp and tha Calculations de la siguiente manera: “Pure Grunge, Pure noise, Pure Shit” (pura basura, puro ruido, pura mierda) término que después la Sub Pop utilizaría para describir la música de Green River (de la que Arm era vocalista)


Down in a Hole

Toda la comercialización y sobreexposición que sufrieron las bandas de Seattle conllevo a que esta más que asentarse como un nuevo movimiento musical se transformara en una moda que no duraría más allá del año 96.

El efecto fue tal que las bandas más representativas de Seattle en ese entonces se encontraban en períodos de crisis.


Nirvana había desaparecido, Alice In Chains no hacía conciertos por la adicción a la heroína de Layne Staley (REMEMBER LAYNE), Soundgarden sufría de conflictos internos (al año siguiente 1997, se separarían), Screaming Trees editaría su álbum Dust, un fracaso de ventas que a la larga los llevaría al estancamiento y posterior separación; y Pearl Jam editaría un álbum complejo con el cual intentaba separarse de la etiqueta Grunge, “No Code” con serios problemas internos que, por un momento, pareció que desembocaría en una separación.


Sumado a ello aparecerían otros géneros para desestrezar la saturación Grunge como el “post Grunge”, “el brit pop” y el recientemente creado “Nu Metal”.

I Got Shit

Cuando desconocía todo esto (hace vario años, tengo que decirlo) para mi Grunge era Sonic Youth, Smashing Pumpkins, Kyuss, Blind Melon, Collective Soul, Bush, The Toadies, Veruca Salt, Pixies, Live, Crash Test Dummies, pero la verdad es que no lo son.

Grunge, en si, hace referencia a un tipo de bandas provenientes de Seattle cuyo sonido se caracteriza por ser ácido, crudo, denso, garrasposo y al mismo tiempo veloz, con mucho punk, mucho metal y un toque de noise. Eso es Grunge.


Pero Grunge no es el Seattle Sound, de lo contrario ¿donde encajarían bandas como Screaming Trees, The Walkabouts, Love Battery , The Posies o Mother Love Bone?

Entonces ¿Qué es el Seattle Sound? Simple. Es la escena de indie rock que se desarrollo de manera independiente al resto de “movidas” en los Estados Unidos, haciendo mezcla de estilos que hasta entonces otros géneros a lo largo del país no habían experimentado (metal con punk, punk con folk, noise con metal y punk, etc.)


Con todo ello, nadie puede negar que bandas como Nirvana, Pearl Jam o Alice In Chains tuvieron en el desarrollo dela música de los 90 y de los años recientes pues, con el “Seattle Sound” que el rock vuelve a sus raíces, vuelve a la esencia misma de tocar guitarras a todo volumen, con una energía que el glam, el pop y el new wave habían aletargado. Sumado a ello, dejó de ser la música de guitarras para los “freakies” y más populares, para tornarse, nuevamente, un concepto para los marginados, para los “underdogs”, para los excluidos y para los que desean sentirse vivo y compenetrados a través de un par de acordes.


Si no fuera por ellos ¿Qué sería del futuro de la música?

P.D. todos los subtítulos son canciones o títulos de alguna banda de la época


Sweet Young Thing - Mudhoney
Come on Down – Green River
Just Gimme Indie Rock - Sebadoh
Sweet Oblivion (album de 1991) – Screaming Trees
Do the Evolution – Pearl Jam
Here Comes Sickness – Mudhoney
Down in a Hole – Alice In Chains
I Got Shit – Pearl Jam
















Underdog (hoy nada me sabe igual)

martes, 30 de marzo de 2010


Hoy es de esos días que abro los ojos después de haber dormido y tener la sensación que tan he parpadeado unos cuantos segundos.

La extraña naturaleza de estar despierto pero totalmente desconectado, mientras que al fondo, alrededor, adentro y afuera todo, si, todo, se oye con ecos distorsionados, como si estuviera en ácido.

Es en esos días ásperos cuando mi alma divaga entre la insolación mental y los deseos subcutáneos de tener algo, alguien a quien poder corromper, desdichar, aplastar, acariciar, besar.

No entiendo, por lo general ignoro todo y a todos, a pesar que ellos piensen que me conocen, no lo hacen, no es que muestre una careta, es solo que a mí no gusta parecerme tanto a los demás.

Cuando estoy sentado, si, carajo, si, en esos días de obnubilada desazón mental, me doy cuenta que estoy frente a un negro ordenador, como si su color y lo opaco de su pantalla quisieran marcarme la vida con su negritud, su aparente y perenne sentido de estaticidad, de estancado, como esas viejas ideologías y credos que no pueden ir más allá.

Todo es real, coño, carajo, mierda, la puta que los parió a todos, si, esto es real, pero ¿qué diantres es la realidad y qué puta es la verdad? A veces creo saberlo, definirlo así como entiendo los amaneceres de agosto nublados y los ocasos de verano frente al mar de Chorrillos; y otras, no se que son, pues siento que todo es tan relativo y me veo como un punto diminuto de arena en ese arenal que es el conocimiento humano.

Hoy apesto a decadencia, esa decadencia que hoy me lleva a digitar como maniaco después de haberme metido una paja, comer dos panes, un anís, poner mi culo sobre esta silla al lado de mi computador, abrir el bendito-maldito Word, encender el DVD y colocarme con unas canciones de los “surfistas del orto” (tradúcelo al inglés, no me da la gana de pasarte el dato de una cutre banda underground) que me llena de ira, pero por alguna razón esa canción, ¡mierda! esa perra canción me sirve ahora como fuente de “inspiración”.

Jamás me gustó el verano, aunque creo que miento cuando digo esto, pero los ocasos del verano siempre fueron de mis preferidos. Aún extraño mirarlos y sentir esa sensación abrumadora, ambigua que se da desde que el mundo es mundo, en que la noche se impone a la luz matinal del astro rey…Eso es el ocaso, el ocaso del día, el triunfo de la oscuridad.

El olor de la lluvia me recuerda esas épocas cuando el cielo era celeste y las nubes copos de nieves que creía poder alcanzar y devorar. El agua correr por las calles de esa ciudad, inundar las aceras, mojar mis zapatos, calar en mis medias, helar mis dedos, encoger mis huesos. Este dolor, ese olor ¡demonios! Ese olor me tranquiliza, calma al Nosferatu en busca de redención en mi interior.

No me veas llorar, porque no me gusta hacerlo delante de ti; la procesión me resulta más romántica y fatídica si se lleva por dentro, será por eso que me fascinan las cosas románticas, barrocas e hiperbólicas; esas expresiones exageradas, estridentes, extensas, sicodélicas, subliminales hasta el punto de quiebre, tan cargadas de emociones dilatadas queriendo explotar, sulfurar todo cuanto pensé que eran.

Cada vez que me dirijo a mi trabajo, un tanto con sueño, un tanto con el pene tieso hacia la izquierda o derecha, miro las árboles que se abren ante mi mientras estoy inmerso, encorvado, aunque sentado, en esa sardinera que todos llamamos “combi” y, me siento tranquilo; las hojas, su color, su olor a naturaleza incorruptible, como Robespierre, me da la calma que los estridentes y multisonoros ecos de esta urbe malsana solo azuzan mi cada vez más delgado límite entre la cordura y los destellos púrpuras de la paranoia.

A pesar de ello, la locura de los locos pareciera ser la razón en estos tiempos en que cada día me siento menos humano y cada vez más un grandísimo bastardo.

Tantas veces me siento mundano, a veces tan cercano a mi propio centro, jamás un santo, jamás un beato, pero si muy contrario a todo, no por monería típica de estos tiempos; en verdad me siento un “underdog” en su versión antropomorfa, la consecuencia de ello es la de ser un ente solitario, propenso a espasmos de ira, alegría desbordada seguida de la extrema unión del sonido mudo, el mal humor y otras centellas que me aburre detallar.

No soy más que nadie, nadie es más que yo, no soy nadie pero soy todo, no se si vivo pero se que existo, no entiendo al mundo pero entiendo el poder del universo, nadie me entiende yo tampoco me entiendo, soy un errante de pensamiento, un sedentario fisiológico, todo es nada, nada es todo, creo en esto, no creo en dios. Soy.

Hoy estoy en ácido, hoy estoy al borde del edificio más alto, hoy no se si logre caer o rebotar, pero si se que hoy nada me sabe igual.

No deseo volver atrás.

Dos años de Apostasía e Iconoclastía

miércoles, 3 de marzo de 2010

Una de las particularidades de mi personalidad no ha sido la constancia; dicha característica es la que me ha llevado a lo largo de mi vida a tomar grandes cosas, entusiasmarme y, al poco tiempo dejarlas por desidia, aburrimiento, entre otras.

Pero la razón de este post demuestra que eso no es del todo cierto.


Hace dos años

Cuando en 2008 surgió la idea de crear un blog me sentía a la deriva en el tema, era nuevo y a las justas había leído uno que otro espacio 2.0.

Sin embargo, eso no me impidió elaborar de manera muy precaria y empírica este blog, cuya duración ha superado, incluso, mis propias expectativas.

De eso ya han pasado, exactamente, dos años cuando el primer post se publicó en este espacio.

Pequeño Camino

No veo que “Manifiesto Bizantino” pueda ser de otra forma que un blog personal, autodidacta, guiado por la necesidad de su creador, alejado de la coyuntura pasajera; comprometido solo con la honestidad de expresar aquello en lo creo y de lo otro, lo cual desapruebo.

A lo largo de estos dos años muchos cambios se han suscitado en todos los ámbitos, tanto externos como personales (sin ser personalista) que, de alguna manera u otra se han visto plasmados en su interior. Eso me llena de profunda satisfacción. A pesar de ello, aún queda mucho por hacer.

Hoy, más que cualquier otro día es ideal para hacer de este post un “manifiesto”, un “panfleto” esclareciendo ideas y orientaciones. Y empezaré por ello:


Visión

Ante todo, reiterar mi compromiso con ser absolutamente sincero en cada publicación, fuera de los sesgos convencionales, pues para eso sirve este espacio, como ventana hacia ideas diferentes, alternativas, o como prefieran llamarles. La verdad, da lo mismo.

He notado que desde los últimos meses del año pasado, el blog se ha tornado mucho más “sesudo” en lo que se refiera a la argumentación de los temas. Particularmente creo que esto es muy positivo para ambas partes (ustedes y yo) En tal razón, solo cabe decir que en lo siguiente dicha línea, con miras a mejorarla, será un patrón.

Si bien es cierto que “Manifiesto Bizantino” contiene material y opiniones políticas, este no tiene como intención volverse una ventana política o de difusión de ciertas ideologías que propugnen poder. Todo lo contrario. Los comentarios vertidos en dicha materia corresponden exclusivamente a nociones desarrolladas por el autor (tener en cuenta que todas las ideas tienen una influencia, pero eso no implica, necesariamente, hacer apología a alguna ideología en particular)

Apóstata

Con relación a lo dicho, aprovecho para hacer mi deslinde “oficial” de todo aquello que tenga que ver con la ideología izquierdista-socialista-comunista. Ese fue un período de la vida del autor el cual ayudó mucho a su concepción del mundo, pero y viendo la realidad objetiva este tipo de ideas se encuentran en total contradicción con mi visión colectiva, individual, así como lo que yo entiendo como la “naturaleza individual del ser humano” (lo mismo que sucede con el cristianismo)


Por otro lado, rechazo totalmente cualquier aproximación dogmática con la derecha conservadora, militarista, chauvinista, pro mercado a ultranza, pues representa el camino errado para una mente que necesite horizontes nuevos e innovadores.

¿Una Ventana?

Así mismo, “Manifiesto Bizantino” es una herramienta, una ventana para expresar ideas.

En tal sentido, desde aquí respaldo todas las iniciativas de jóvenes intelectuales, artistas, pensadores y demás que aboguen, cada quien desde su ámbito, por buscar nuevos horizontes, conceptos, dinámicas y culturas capaces de contribuir al desarrollar individual y colectivo de la sociedad peruana.

Mi saludo y respeto para todas aquellas personas alejadas fáctica e intelectualmente del “mainstream”, espero sigamos en esta lucha de locos que pocos pueden lograr a entender, pero vale estar loco en un mundo donde la cordura mercantilista da rienda suelta a la automatización del ser humano en su conjunto.

Ustedes

Por último, quiero agradecer a todos mis lectores asiduos, SI, a esos cuatro que abiertamente son seguidores de este humilde espacio. Así mismo, para aquellos visitantes ocasionales a quienes espero los textos les haya servido de alguna manera, pues ese es el objetivo primordial.

Agradezco sus comentarios a favor y en contra, los cuales, por política personal no voy ni borraré, de hacerlo, se caería en el verticalismo, si vamos voy a expresarme, los demás tienen el derecho de hacerlo, aunque esto no sea de mi agrado.

Esto no hace sino demostrar el respeto hacia todas las opiniones, así como la imparcialidad que este blog intenta demostrar a través del ejemplo.

Sin más que agregar y reiterando el compromiso a mejorar cada día más esperando cumplir muchos años más les digo a todos………….
ETERNOS HAILS!!!!!


J. MorteM


Pregunta de difícil de respuesta ¿Fujimori?

domingo, 28 de febrero de 2010

Al pensar en Alberto Fujimori siempre invaden mi mente muchas interrogantes (las mismas que me formulo desde hace ya unos buenos años) ¿Qué hacer con él? ¿De qué manera debemos juzgarlo los peruanos? ¿Debemos dejar que lo negativo nuble los hechos (que existieron, quien lo niegue es un felón) positivos?


¿Qué hacer con Fujimori?

Haciendo memoria

Era un sábado y me encontraba en un bus con dirección a mi casa en Breña regresando del trabajo. Eran casi las 5 de la tarde. Un sujeto de con pantalón y camisa de vestir se sienta a mi costado, noto que su corbata blanco y celeste no está ajustada, es más, la lleva colgando coqueta ella del cuello de la camisa.

El viaje era largo, así que decidí sumergirme en la lectura de un diario que en horas de la mañana había comprado en el quiosco de la esquina de mi casa.

El sujeto vio que leía el periódico con avidez. Se le veía algo inquieto, como ansioso, no dejaba de mirar los titulares con una curiosidad que ya comenzaba a producirme cierto escozor.

Pronto, tras terminar de leer las noticas que me interesaban, el hombre me dijo muy agitado él, si le podía prestar el periódico, petición a la cual accedí.

Recuerdo que todo comenzó cuando leyó la noticia relacionada a los niños que Sendero Luminoso raptaba para adoctrinarlos con la finalidad de convertirlos en niños soldados.

Conversamos al respecto, un bonito diálogo, intercambio de ideas, hasta que llegamos al punto en que se redujo a Sendero, lo que fue el período de los 80 y los 90.

Fue entonces cuando el hombre (un tipo muy instruido, se notaba) plasmó en la conversación la importancia de Alberto Fujimori como artífice del fin del terrorismo y la pacificación del país. Es a raíz de dicho episodio que surge este post.

Recuerdo un fragmento de la conversación que puedo, prácticamente, citarlo textualmente:

“No es posible que el Perú le pague así a un hombre (Alberto Fujimori) que ha hecho tanto bien al Perú. En todo caso, el mismo trato deberán dárselo a García al culminar su mandato por las matanzas de los penales, Cayara y otros más”

Reflexión visceral

Esto me hizo pensar mucho en este punto: si es que Alberto Fujimori le hizo, en realidad, un bien al país, fue todo negativo o, simplemente fue una mezcla de los dos derivado de sus modos de gobernar a un Perú con terrorismo, hiperinflación, desempleo, inseguridad social, entre otros.


La opinión vertida por esta persona ha perdido popularidad, es vista con malos ojos, con desprecio. Sin embargo, este un punto de vista generalizado entre diversos sectores de la población que se vieron beneficiados (y a esto no me refiero con poder de cualquier tipo) durante el mandato del ex presidente, dictador, llámenle como quieran.

Desde mi perspectiva, puedo entender ciertos aspectos y otros no.

¿La Salvación de la economía nacional?

A mi modo de ver, lo que se hizo en materia de terrorismo y el repunte de la economía peruana fue muy bueno el primer mandato fujimorista, pero tomemos en cuenta que este no fue un ideario concebido cuando el “chinito” era candidato; es sabido que esto se debió producto de la migración que hicieron los tecnócratas de Vargas Llosa al quedar este desaforado en la contienda electoral del año 90.


En ese sentido, entre una solución populista que nos iba a traer muchas mayores complicaciones, Fujimori optó por una solución neo liberal, plan que de haber ganado el escritor de “Conversación en la Catedral” habría aplicado de la misma manera.

¿Victoria sobre el terrorismo?

Cuando en setiembre del 92 se da la captura del líder máximo del Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso, la propaganda oficialista hizo ver que este fue un logro del gobierno, restándole el crédito real a la gente que conformaba el GEIN.

Para los entendidos, es un hecho que fue la Policía Nacional y no las Fuerzas Armadas las que a partir de la segunda mitad de la década de los 80 empiezan a dar duros golpes a los mandos de la organización senderista, al Comité Central Metropolitano, los organismos de prensa y propaganda, así como a los organismos generados de SL.

Es verdad que la política contrasubversiva de las Fuerzas Armadas había cambiado de la represión indiscriminada hacia métodos más selectivos (esto confirmado por el informe de la CVR) sin embargo, estas no lograron golpear significativamente a Sendero. Como dije líneas arriba, fue la inteligencia policial y, sumado a ello, los comités de autodefensa que fueron los responsables directos y reales de detener el avance militar de la “Guerra Popular” que Guzmán y su cúpula le plantearon al Perú de los años 80.

¿Autogolpe?

El 5 de abril de 1992 significó un quiebre entre el Estado populista de entonces y el comienzo del nuevo sistema neo liberal.

El llamado “autogolpe de Estado” tomó como excusa las trabas que el Congreso ponía a las legislaciones antiterroristas surgidas del Ejecutivo. Ahora, tampoco creo, como si lo hacen muchos antifujimoristas, DDHH`s a ultranza, que este haya sido un plan maquiavélico para reprimir, asesinar y demás.

Es verdad que la mayoría de golpes de Estado ha tenido tras de si a los más importantes grupos de poder económico del país (incluso extranjeros, nótese el caso de Chile en el golpe militar de 1973 apoyado por los Estados Unidos)

El 5 de abril fue distinto. No había una clase económica marginada, excluida ni mucho menos nacionalizada. Todo lo contrario. El proceso se daba a la inversa.

Los mercados se desregularizaban, así como las infinitas empresas nacionales se privatizaban, pasando a manos del gran capital, extranjero mayoritariamente. La decisión de este golpe, en mi criterio tuvo, primordialmente, intereses políticos secundados de los económicos pues la economía neo liberal estaba a toda marcha y no había oposición a ella (coherente o bien agrupada)


Había una necesidad por parte del gobierno y las Fuerzas Armadas (esta alianza se dio cuando Fujimori fue elegido presidente, aún sin asumir el cargo) de tomar las riendas de una nación que se les estaba yendo de las manos, además de institucionalizar sus acciones y visiones de país. Una visión que, hoy por hoy, todavía sigue latente en el desarrollo nacional.

Constitución

Si hay algo que Fujimori nos ha dejado como su mayor legado, es la Constitución de 1993. La Constitución Neo Liberal del Perú, aquella que en la actualidad todos los partidos critican, abuchean, pero ninguno se atreve a cambiar y/o reestructurar en sus bases.

Corrupción

Solo un iluso se atrevería a decir que fue el Fujimorato el causante de la corrupción en el Perú, esa plaga que hoy ya no es un hábito, sino una costumbre.

Aquél que sea un observador de la historia se dará cuenta que la sociedad peruana y sus representantes han estado infectados de este mal desde la fundación de la República misma. Hacer un repaso del nefasto gobierno de Echenique, o de la gestión del Oncenio de Leguía, los cuestionamientos en materia de drogas al gobierno de las Fuerzas Armadas (1968-1980)

Lo que cambia el panorama es que, mientras estos gobiernos realizaban sus corruptelas de manera clandestina, más underground de lo que dicho término quiere decir, el Fujimorato se encargo, vía Vladimiro Montesinos, de hacerlo una práctica común, necesaria sin alguna justificación, llevado al paroxismo, la corrupción no se institucionalizó, se expandió, que es muy diferente.

Lamentablemente, esa tara, ha corroído a la sociedad peruana, hasta tal punto que es poco probable que el peruano de a pie se sorprenda por una coima; es más, me atrevo a decir, que muchos las desean, la anhelan. Que la sociedad tenga esa visión sobre este tema si da pie a pensar que la corrupción, efectivamente, se está "institucionalizando”.


¿Políticos?

Junto con la corrupción y la Constitución de 1993, otra perlita es la que adorna la importancia del gobierno de Alberto Fujimori. La destrucción del sistema partidario nacional, la representatividad.

Hace unos días leí una columna de un diario nacional en la que planteaba la crisis de la política, los partidos, etc, que los jóvenes no se sentían atraídos por esta, ni tampoco había líderes que los representaran. Además, el texto daba a entender que el último gran proyecto colectivo, masivo que tuvo el Perú fue, precisamente, la figura del Alberto Fujimori, justamente, fue él quien se encargó de eliminar tales aspiraciones en nuestro país.

Fue el “chinito” quien dio origen a la racha de “outsiders” ahora tan comunes, esperables, desbalanceadores del juego de poder, pues fue el mismo Fujimori un outsider.


Con poco carisma, conocido tan solo para su círculo de profesores universitarios de la Universidad Agraria, carente de un plan de gobierno, nadie apostaba medio pelo por este hijo de migrantes japoneses.

Sin embargo, ganó la presidencia y resultó aplicando todas las medidas liberalizadoras que el candidato con una propuesta ideológica como Vargas Llosa planteaba al Perú. El resto, es historia.

Por eso, creo firmemente que los políticos actuales (fujimoristas, izquierda o derecha) son el legado que este señor nos dejó. De ese modo, vemos la infinidad de partidos, renace el caudillismo, sustentado en el carisma del líder, obviando las propuestas. La creación de partidos clientelistas que se constituyen para las elecciones, aglutinan gente y una vez pasado los comicios entran en decadencia, se disuelven.

O ver la falta de principios en los políticos que, como quien se cambiara de prendas interiores, saltan de un partido a otro, tocan la puerta a diferentes agrupaciones, abismalmente diferentes en planteamientos y “propuestas”. Los tan mentados “tránsfugas” esos políticos al servicio de sus bolsillos y de la elite a la que sirven.

La caída

Mientras planeaba estructurar y redactar este post me había puesto como finalidad no caer en los típicos extremos: la crítica ciega, carente de “objetividad” y la apología barata, provista de mucha mentira.

Tampoco quise caer en hacer un recuento de lo que pasó, pues eso sería tonto, hacer lo que todos hacen. No era esa mi intención. Por esa razón, este post ha sido, en buena medida, escrito y reescrito para ajustarlo a mis expectativas y, espero a las suyas también.

Como se habrán dado cuenta, lo que he expuesto líneas arriba es mi opinión muy personal, llena de influencias, documentos, artículos, columnas, así como la reflexión del día a día de la política en la época que me ha tocado vivir, de la cual mi generación es la heredera directa y su desidia, pusilanimidad y demás son una consecuencia, en buena medida, de este período.


Al inicio de estas líneas me preguntaba ¿Qué hacer con Fujimori? Y creo que sigue siendo una respuesta difícil de dar, y honestamente, no me siento en la capacidad objetiva de darla.

Tan solo vale decir que estamos viviendo el período post Fujimori del cual pareciera no podemos, o no queremos salir, porque los peruanos somos así, sufrimos, pasamos momentos a ciegas, nos quitamos la venda, nos admiramos, nos da repulsión, hacemos puchero, botamos la basura y siempre creemos que con eso basta (lo mismo que sucede con la barbarie del terrorismo, ya todos lo ven como algo lejano, ajeno, obsoleto, digno del GRAN OLVIDO NACIONAL) Ese olvido, esa indiferencia es la que hace que hoy por hoy la sociedad peruana se encuentre sumida en una decadencia abismal.

Eso no cambiará a no ser que formemos, nuevamente, una conciencia colectiva, un ideario nacional, el que ahora vemos como algo abstracto, utópico, sin valor.

La Chanfainita más grande del mundo

domingo, 21 de febrero de 2010

Bofe para la Chanfaina

Caminar por las calles de Lima siempre me genera nuevas experiencias, esta ciudad es tan variada, llena de matices, contrastes y oposiciones que es imposible escapar a sus reflejos tan expuestos.

Para el que vive en esta ciudad, no es nada del otro mundo ver esa asimetría arquitectónica de edificios grandes al lado de casas pequeñas o edificios sofisticados al lado de recintos coloniales o de porte neoclásico. Esa es Lima. La Chanfainita más grande del mundo.

El paisaje urbano de la Lima que yo conozco siempre se ha mostrado pituco, occidentalizado, por un lado; en el otro extremo de un chicherismo, de colores neón, de la exacerbación de lo estrambótico. Esa es la celebración de la mezcla de culturas del Perú condensadas todas en la gran ciudad a orillas del Pacífico y del río Hablador.

Más esa es solo una de las caras de la tradicional cucufatería nacional.

¡Horrible, Oye!

Lo que todos niegan en la capital es la cara fea, aquella que se encargan de esconder, de olvidar en la típica desidia criolla tan propia del limeño de antaño plasmada en todo tipo de banalidades (solo baste hacer memoria de la insensibilidad de la mayoría de los peruanos ante el conflicto desatado por Sendero Luminoso en los años 80 y que durara hasta bien entrado los años 2000)

Aproximadamente una semana y media atrás me dirigía hacia mi trabajo en San Isidro (distrito tradicionalmente burgués) Una cuadra y media antes de llegar a mi centro laboral crucé un pequeño jardincillo donde había una persona mayor de edad, un anciano podando el césped. Eso me pareció curioso porque jamás vi a un adulto mayor realizando dichos menesteres.

Pronto, me encontraba más cerca de cruzarme con el anciano cuando noto que este era muy pequeño, extrañamente pequeño, porque era corbo, una menuda joroba se asomaba en la parte superior de su espalda rozando la nuca. Acto seguido, vi al hombre cargar una podadora, muy pesada como para que aquél anciano la cargase. Pero lo hizo. Aún así, se notaba sin mucha suspicacia que aquello era algo que le producía mucho esfuerzo, probablemente mucho dolor.

Fue entonces cuando pasé al lado de él. Nuevamente había retomado la poda.

La Mierda

No lo niego, me sentí una “mierda”. Me pregunté ¿Por qué este hombre está haciendo esto cuando debería estar en su casa descansando? ¿Por qué la sociedad permite esto? ¿Por qué el sistema carece de compasión ante esta realidad?

No supe y no se qué contestarme ¿Acaso tu me puedes dar la respuesta?

Sin embargo, no se quién es más mierda. Si yo que escribo estas líneas con mucha carga de conciencia o aquél sujeto bien a la tela que miraba al anciano cargar dicho objeto pesado con una nefasta y consciente indiferencia. A eso tampoco me puedo dar una respuesta.

Tampoco puedo olvidar aquella mañana del año pasado, quizás por agosto o setiembre, cuando yendo, nuevamente, hacia mi trabajo vi a una mujer, vestida en atuendos típicos de la gente del ande, sin zapatos, si, el estereotipo de burla de la Lima blanca, mestiza y criolla. Si, una persona, también anciana con un pañuelo rojo, algo sucio, mendigando limpiarle la luna a algunos carros último modelo que transitaban entre Prescott y Salaverry. Aquella vez, como la última me sentí mal, culpable, miserable, me deprimí, asco hacia mi persona, sentir que mis problemas cotidianos, importantes para mí, en realidad no son nada en comparación a las realidades de estas dos personas.

Menudeces burguesas

Miro, escucho a las personas que me rodean, contar sus problemas, preocupaciones, sus menudeces, me parece tan insignificante cuando hay personas que tienen realidades extremas, al límite, llena de carencias, necesidades y conflictos.


No trato de santificar y victimizar a nadie, eso no serviría de nada, aquello es solo un lavado de conciencia poco eficaz, muy egoísta, un lavado de culpas.

¿Un anhelo?

Si algo quiero lograr con este breve post es hacer que la gente que lo lea no tome conciencia, sino que se ponga a meditar sobre esta situación y sopese sus problemas, sus ahogos en vasos de agua en comparación a la posible realidad de estas dos personas, o a cualquiera que les haga sentir una sensación similar a la mía y dejen de lado esa indiferencia y desidia burguesa tan característica de la sociedad limeña actual.

Por último, solo me basta de decir que yo soy igual de culpable que todos los indiferentes ante la realidad consumidos por las banalidades egoístas cargadas de hedonismo barato. Lo que nos diferencia es que yo aprendí a ver más allá de los límites de mi espacio íntimo, generando cierto tipo de conciencia. Eso ya es un paso.


En tanto ellos, NO.


ETERNOS HAILS!!!!!!!


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