Ansiedad del vacío incondicional (no decanto la navidad)

sábado, 25 de diciembre de 2010


La navidad es una de esas fechas extremas donde todo parece subliminal, donde la gente parece estar llena del espíritu hiperbólico de fraternidad, amor, solidaridad. Cuando los medios te bombardean con mensajes lindos acompañados de un producto en el cual hay que gastar, aquél que garantizará la felicidad tuya y de los demás.

Una de las fechas de mayor hipocresía por el mercantilismo descarado del que todos hacen uso, usando como pretexto valores manoseados, venidos a menos para justificar el materialismo que a esta fiesta ha consumido.

Hoy es un día especial porque la gente está decidida a ser miserablemente “buena”, a sonreírle costumbrísticamente al que viene de lado, al frente o por detrás, no importa hoy si es alguien a quien detestas, no interesa si es alguien a quien no llevas mucho, no importa si es el nigger al que siempre miras con escozor. No. Porque hoy es “navidad”.

El que menos pensaría que estas fechas me fastidian y que si por mi fuera las “aboliría”. Pues no, no me molestan, crecí con ellas, hacerlo implicaría borrar o negar parte de mi niñez, parte de mi adolescencia y muchos buenos momentos en ella. Lo que no soporto, lo que he llegado a detestar del supuesto nacimiento de Cristo es la mentira, la impostación de las personas a jugar a la bondad, de simular ser todos buenos en memoria y respeto a su Dios, cuando mañana por la mañana, cuando abran los ojos, cuando los champagnes se hayan cerrado, cuando los cohetes cesen sus estruendos, todos volverán a ser lo que son en realidad, las bestias sin conciencia, moral o piedad.

Algunos me dicen que por qué critico la actitud bondadosa de estas personas; no lo se, yo critico todo, a todos, a mi mismo. No repulso la bondad, repulso la mentira, repulso la hipocresía que representa dicha actitud.


Sumado a ello, el “espíritu navideño” es algo que me carcome el alma pues, mientras en el mundo civilizado, globalizado todo se desenvuelve con un aire de esperanza, bondad y fina alegría, el resto del globo se sigue muriendo de hambre: millones de familias pasaran una noche como tantas, sin llevarse un pan, o algún que otro pan a medio pasar por la boca, No es un sentido humanitario por lo que trato de abogar, al contrario, lo que muchos denominan en estas fecha “humano” me parece de lo más bizarro, ajeno, hueco. La humanidad que en estos días se proclama es otra a la que yo tenía en mente.

No creo en Dios, y lo saben quienes me conocen, quienes me leen, y creo que esta fecha es pura sorna capitalista globalizada, de la cual hasta los zurdos, progres y caviares forman parte, se adhieren a ella (como siempre) como algo IN. Yo creo en el sentido de reunión de compartir un buen momento. Detesto los nacimientos, tan caros, tan pomposos, tan llenos de ornamenta que te dan qué pensar sobre la naturaleza de las creencias del hombre, sobre si dios, si es que es dios y si existe arriba o donde sea, le place ver tal acto de no devoción a través de una simulación de ella.

Esta fecha, desde que mi conciencia se ha vuelto más amplia, mi espíritu más crítico y mi conocimiento más abstracto, no hace sino producirme una enorme desazón, una profunda desesperanza respecto a la esencia del espíritu humano, un vacío que se cuela como depresión en mí, que me incita al sueño, al aburrimiento, que genera una ansiedad por algo que no logro descifrar, no lo se. Lo entiendo y a la vez no. Algo no encaja en todo esto, algo que no está “OK”, algo que parece absorber a todos, y a los que no, nos ataca de manera brutal punzando las emociones, las sensaciones.

La navidad no es algo que pueda decantar hace ya y más allá. Eso ahora, no se mañana que será.

Desamparados: sin fuerza social que nos pueda salvar

viernes, 24 de diciembre de 2010


La política choloquial

La política peruana, en los últimos años, ha devenido en un vicio de clientelismo, partidos caudillos y coyunturales, basados no en programas sino en rostros, caras que poco o nada tienen que ver con un plan serio. Para muchos una esperanza en este horizonte sombrío representaba la figura de Susana Villarán y la “good people” de Fuerza Social. Esto (como lo escribí en posts anteriores), claro está, no resultó así.

Desde que “Manifiesto Bizantino” abordó el tema de FS se dejó claro nuestro punto de vista: que este “partido” no era sino una organización coyuntural, basada en el carisma y arrastre de una sola persona y que ciertas condiciones especiales (la salida de Kouri, el escándalo del señor Cataño con Lourdes Flores) hicieron posible que los muchachones de color verde llegaran al sillón municipal.

Entrando en materia

Nadie con dos dedos de frente puede negar que esta gentita se encuentra donde está no por el programa de Fuerza Social, no porque su logo se haya puesto de moda en las redes sociales acompañando las fotos de todos los guays, puppies, caviares y modistas nice, sino por Susana, la gente votó por ella, no por la organización que ella representa.

Ahora, con los ánimos insuflados de triunfalismo decidieron ir a las presidenciales en conjunto con algunos movimientos regionales y con ¿Tierra y Libertad? Vale, entiendo eso, ¿MNI? Mis ojos me engañan ¿Qué hace un partido que se ufana de querer refrescar la política, sus usos y práctica aliándose con la fachada moderada del Partido Comunista del Perú – Patria Roja, quienes representan un pensamiento anquilosado, inconsecuente, desfasado y anti natural?


Las críticas han sido duras y las luchas, disputas internas no se hicieron esperar. La izquierda peruana no puede – y quizás nuca lo haga – consolidar su unidad por el enorme sectarismo que la infesta. Ante esto, y viendo que esta “alianza” mas que beneficio traerá perjuicio, decidieron anularla y hoy, el movimiento social, las “fuerzas progresistas” se encuentran en desamparo, separadas, fragmentadas, divididas, al punto de la confrontación intestina, como siempre lo han estado.

Lo que hiede dentro de FS

Hoy por hoy, lo que se huele en Fuerza Social es un ánimo angurriento de poder, de ganar a como de lugar, y esto ya lo han dicho muchos zurdos y zurdoides como el miembro de Movimiento Nueva Izquierda (MNI, el rostro bonito de Patria Roja) Rolando Breña Pantoja: “Fuerza Social quiere llegar al poder con quien sea”, nada más cierto; lo hicieron en un principio tentando al popular Nano Guerra García, un antiguo ¿fujimorista? Si, de socialista, de progresista nada debe tener; para último tentar con el diplomático Manuel Rodriguez Cuadros, un tipo bastante soft para la política peruana, demasiado ambivalente para un público que desea escuchar cosas directas y no medias tintas como es el estilo de todo buen diplomático.



Así mismo, la candidata a la primera vicepresidencia por el partido Nacionalista, Marisol Espinoza dijo que “Fuerza Social es la izquierda que la derecha quiere”. Difiero de lo dicho, pero si puedo decir que FS no es sino una izquierda comodina en su versión más “light”.

Lo que la gente dentro de FS no logra entender es que el descrédito y el sancochado ideológico que han llevado a cabo ahora les está pasando factura, mucho más allá de lo esperado. Es verdad. Sin embargo ¿qué se puede esperar de un movimiento que se forma en un abrir y cerrar de ojos en una ambiente tan convenido y volátil como lo es una campaña electoral?

Al borde de…

En ese sentido, la agrupación que se hizo con la victoria en las últimas elecciones municipales, se encuentra hoy en un estado crítico, cuando la efervescencia mediática que despertó se terminó, cuando las disputas y contradicciones internas no han reflejado sino la falta de organización, la improvisación y la pobreza de espíritu de una organización que se presentó como la nueva cara de la política nacional, con las manos limpias, con todas las ganas de generar un cambio. Es probable, pero, tenían algo en contra: la falta de miras a futuro y una cola de personajes y agrupaciones asociados con el atraso, el chamullo y la falta de entendimiento de la realidad.

Por eso, estas elecciones serán más que decisivas para Fuerza Social. Obviamente, no conseguirán la presidencia por sus propios medios. CATEGORICO. Pero se juegan la vida, se juegan el hecho de entrar al ruedo político nacional o volver al círculo cerrado de fanáticos progres, de burgueses con conciencia social, refugiados en las aulas de enseñanza de universidades burguesas, formando a los pensadores sociales snobs del mañana (puro floro, poca acción, poca abstracción, bastante divagación) lo que, en términos políticos es, más o menos, lo mismo que la inexistencia.

El 2011 será un año decisivo en la política peruana, así como para muchas agrupaciones que se juegan la permanencia o su asentamiento dentro del stablishment del poder. No duden cuando les digo que Fuerza Social es uno de ellos y que, al final de cuentas, resultará siendo una agrupación más que busca permanecer ligada y sumergida en los hilos que se decanta con el control de las masas y la toma de decisiones. Y, como van las cosas, su destino no es otro que regresar al ostracismo del que por un tiempo breve salieron.

A esos que hablan de “cambio”

No crean en las mentiras que la autodenominaba “nueva izquierda” y sus esbirros jurásicos hoy nos quieren vender, el viejo cuento de la “izquierda moderada”, la “izquierda democrática”, el “nuevo estilo de hacer política” porque tal cosa no es real, no se puede es
perar tal hecho de una organización caudillista, sin un plan concreto sin un alumbramiento más allá de fines meramente electorales.

Hoy hago memoria y recuerdo a aquellos que se ufanaban de un cambio, a aquellos que nos veían como marcianos por estar dentro de lo IN de hace unos meses atrás, hoy me acuerdo de aquellos que tildaban suelto de huesos a uno de derechista, fascista a quien osara criticar a la candidata del “cambio”. Hoy no puedo sino decir airoso que los pocos que estuvimos a la otra orilla de la moda política, (y que tampoco se arrimó al anquilosado ideario conservador) por más marginados que nuestra postura se encontró, el tiempo, los hechos nos dan la potestad y la confianza necesaria para decir con vehemencia “TENEMOS LA RAZON”.

Bizarro vacío de noche decembrina

domingo, 12 de diciembre de 2010


Noche que te quedas muda, la penumbra se abre paso ahora que los televisores impiden la presencia del silencio, las luces en la calle que hacen inertes conexiones con las personas, los carros que transitan sin novedad, las personas que caminan sin humanidad.

Hoy es una noche vacía, no, no lo es, diría que esta la luna puesta y que hoy me abandonó a sus ansias, quizás para irse a vislumbrar espíritu ajeno a este que es el mío. Estoy sentado, escribiendo, mientras una eterna canción de Roberta Flack recorre mis oídos, penetra mi cerebro, se expande por mi cuerpo haciéndolo congojar. Esta noche se cae, así como cae la animosidad de mi esencia en una profunda y constante melancolía.

“Asesíname suavemente” repite el coro de manera armoniosa, inconsciente, ensoñadora, deslumbrante, poco quejumbrosa, si, con esa carencia de desazón que ahora me abarca sin querer evitarme. La luz de mi ordenador, el resplandor del Word me nubla la visión, mis ojos los hace fastidiar, no se por qué sucede esto, se supone que ya debería estar acostumbrado a tal sensación.

Hoy es de esas noches que, antes de posar mi culo aquí, daba vueltas en mi cama, aburrido, innecesario, tratando de conciliar un sueño forzoso, seco, perezoso, el cual viene de momentos, engañoso, prometiéndome olvidar la frigidez de mi censura, la tenue vitalidad de mis ojos, para que a los pocos momentos, como una calentada sin comienzo ni culminación te sintieras tan despierto como a pleno mediodía; es entonces cuando te das cuenta que el subconsciente, en estas ocasiones, no es sino que el más perro de los compañeros.

No puedo decir que odie mis decaimientos, mis depresiones ni mucho menos las demencias destructivas que siempre emula mi pensar; es tan solo que esta sensación es distinta a todo ello. Es un vacío de ansiedad, sus paredes se encuentran embadurnadas con la insatisfacción de algo, de alguien (sobre todo esto último) el hecho de saber que eres impotente, que no puedes decirle a nadie qué sientes, que no puedes expresar algo a tal punto que todo se quede varado en medio de tu garganta sin poder emerger hacia fuera, sin poder regresar. Cuando todos te miran, te leen, te comentan, mas no te observan, cuando eres un punto más, cuando necesitas con mayor tesón ser observador a ver si alguien, por cosas del azar, por cosas que solo la vida puede explicar, se detiene a preguntarte “¿te sucede algo?” y nada más.

Acaba de empezar la madrugada de un domingo de diciembre de 2010, todo el mundo espera con ansias la Noche Buena, esa que dicen muchos en el que nació el redentor de los cristianos, así como el fin de este conjurado año, como siempre, todos piensan, pensamos, deseamos que el próximo sea mucho mejor, cuando no tenemos la certeza de ello, mas el espíritu humano es así de endeble, necesita sostenerse de algo que le de la fuerza para continuar, a pesar que muy en lo profundo de su corazón sepa que podría ser igual o peor, quizás ya no mejor que en años anteriores. Pero lo hacemos, y eso nos hace humanos. Y, sin embargo, ¿qué sucede cuando hasta esa esperanza innata se pierde?

Pues sucede esto, no la desesperanza, sino la incensación, la falta de emoción, la ansiedad de encontrar algo, un motor en el día a día que se hace tan difícil, tan pesado como si se tratase de Atlas mismo llevando al mundo entero sobre su espalda, nada lo alivia, todo lo pronuncia, la sonrisa no lo disipa, el simple respiro indiferente de los demás lo agranda sin más.

Lo contrario a la Anhedonia, no es el experimentar placer sino la búsqueda de dicha experiencia, aquella tan esquiva por todos los medios, cuando las caricias de una mujer ya no bastan, cuando el cuerpo te pide más, cuando la mente se vuelve exquisita en sus demandas, cuando los sentimientos se tornan al extremo complejos, a la exacerbación decorosos para el trato, para la demostración.

Se adentra la noche más en la espesura negra de la madrugada en tanto que mi ojos, un poco deseosos de dormir, otro poco inquietos por seguir hasta el final con esto, miran el televisor sin entender que dicen los comerciales de noticias; seguramente algo relacionado a la muerte, pues solo eso saben transmitir, unos comerciales alegres donde la vida se muestra tan simple, tan artificial, así como el resto de mortales en la vida real, y yo, un marciano entre los terrestres presiento que su modo de vida es mi espanto y por tanto el motivo de mi exclusión.

Hoy, antes que la noche se enrumbara también fui un mierda, hice llorar a mi madre por algo tan pequeño, insignificante como las hormigas mismas. No entiendo como pasó, pero se dio, no comprendo por qué actué así, a ella, que es quien más en esta vida ha demostrado amarme como nadie, ella que es más que mi madre, mi “mejor amigo”, casi siempre pienso que soy quien mayor dolor le produce, y lo peor de todo es que siempre la termino cagando cuando la intención no era esa.

La madrugada decembrina ya no me envuelve, la sensación se evapora lenta pero persiste en su terquedad de querer quedarse, seguir llenando mis emociones de vacíos bizarros, mas cuánto podría hacer ella si ya he soltado, no se si correctamente o no, lo que tenía atracado en mi ser. No me despido ya, porque las despedidas nunca han sido lo mío, así que estaré aquí todavía por mucho tiempo, no es hora de alzar la mano, hacer una venia y decirles a todos “Von Voyage” o de lo contrario un rotundo “Fuck off”. Pues no, eso no. Tan solo alzo dos de mis dedos, los junto y los muevo hacia delante queriéndoles decir “aún tienen de este outlaw para rato”.

Invocando su nombre (acerca del nacionalismo)

miércoles, 8 de diciembre de 2010


Sobre la marcha

Para muchas personas, la idea del nacionalismo, del orgullo patrio, del rescate de la cultura e identidad nacional resultan ideas arcaicas, decadentes en contraste con el proceso de la globalización que hoy por hoy pretende hacernos creer en una “Aldea Global” sin fronteras, consolidados bajo unos valores uniformes, importados de las estanterías de compras norteamericanas.

La abominación llamada “pluralismo” y sus consecuencias

No se puede negar que el mundo actual sufre el embate del “pluralismo” que trata de hacernos iguales a todos, de hacernos semejantes, aquél que nos dice que este tiempo no se puede concebir sin la unidad de todas las naciones, dejados atrás sus rasgos sociales, culturales y productivos originarios.

La cultura promovida desde y por la globalización (la judeización cultural; ejemplo claro, la seudo cultura “nigger”) es el peor enemigo de la identidad de los pueblos del presente. Vemos como los países desarrollados de occidente han perdido todo sentido de identidad, de pertenencia, llevados por un falso sentimiento global (no ser español o francés, sino “europeo”) que se muestra como un rasgo característico de su desarrollo económico y de la decadencia de sus sociedades. Incluso Oriente se ha visto contaminado con el germen “pluralista”. Ya no sorprende ver al Japón convertido en una urbe occidental, donde sus jóvenes se sienten más occidentales (valores, costumbres, modos y usos) que nipones propiamente dicho. Los países árabes siguen la misma senda aunque de manera más pausada y a veces con ciertas discrepancias.

La identidad nacional de estos países ha sido destruida, carcomida, donde cualquier reposo de lo que se llama tan sosamente “nacionalismo” es sinónimo de retrógrado, de incapacidad mental. Pero ¿en verdad el “nacionalismo” es una cosa del pasado, arcaica, impracticable en la sociedad globalizada?


La identidad nacional en América Latina

La cultura imperante, el mainstream intelectual dirán que ya no es necesario. Sin embargo, yo digo todo lo contrario, si es necesario, es una condición imprescindible, sobre todo en países cuyas identidades aún buscan cuajarse en sus sociedades. Ejemplo claro para de son la mayoría de países de Latinoamérica.

La historia de esta parte del mundo se ha caracterizado por los constantes, casi interminables conflictos sociales que dividen y siguen dividiendo a dichas naciones. Quizás, uno de los factores que explican esto es la gran confluencia de grupos sociales diversos entre si, por costumbres, modos de producción, historia, entre otros, donde los intereses de las ciudades ansiosas por occidentalizarse chocan frontalmente con las comunidades y pueblos nativos que luchan por mantener su identidad y tradición intacta, sin filtración de la “decadencia occidental”.

Las sociedades latinoamericanas no son decadentes como la europea, estado unidense o japonesa, son caóticas por su diversidad, unas veces aberrante, en otras, desesperante. Nadie puede negar que en sociedades donde hay menos grupos sociales hay menos conflictos de dicha índole. Basta con mirar países como Chile, Argentina o Uruguay, social y culturalmente cohesionadas en una visión e identidad común, identificable para la gran mayoría de sus habitantes.

Caso contrario sucede en países como México, Centro América, Ecuador, Bolivia y Perú, donde el componente social hace una mixtura de intereses tan variados que, en muchas ocasiones, parecieran existir un sin número de naciones dentro de un territorio “soberano” generando convulsiones, revueltas, inestabilidad y demás.


Buscando el hilo unificador

Sin embargo, cuán injusto resulta decir que esto es así. Diera la impresión de describir un ataque contra esa sociedad urbana deseosa por formar parte del club del desarrollo globalizado. Todo lo contrario. Es precisamente ese componente social la semilla que necesitan países como el mío, Perú, para formar una identidad, una cultura nacional.

El Perú, por ejemplo, se funde en tres tipos de personas: El indio, el blanco y el mestizo (así la mayoría de países latinoamericanos) quienes son la base ideológica, social, mental, productiva y política del país. Cada cual con diversas cosmovisiones. A pesar de ello, hay un pasado común, una tradición que se encuentra en los genes de los nacionales.

La formación del nacionalismo se centraría en la idea de una nación unificada, orgullosa de su pasado, con un sentido de pertenencia, con la voluntad y la fortaleza que la globalización se ha encargado de aniquilar, de desprestigiar. Solo la unión en base a objetivos particulares, identificables para los nacionales, puede llevar a una sociedad al verdadero progreso, hacia la fuerza, hacia la supremacía, aquella que permite salir airosa de las crisis que los sistemas político-económicos siempre presentan. Esto permitiría cambiar la idiosincrasia de las personas, donde sociedades pasivas, ociosas, desidiosas, corruptas, reemplazarían dichas taras por la eficiencia y el compromiso que un pueblo demanda de sus habitantes.

El carácter del nacionalismo

Este proyecto de nación no es de características inclusivas, todo lo contrario, es “exclusivo”, entendido como algo hecho para tales o cuales grupos, no así de apartar a aquellas que no encajen en los moldes delineados. En tal sentido, aquellos que no estén dentro del perfil arriba descrito tendrán la obligación de amoldarse a la nueva idea de nación si desean ser parte de un todo y no una deteriorada minoría.

De este modo, el nacionalismo no es un retroceso, es un intento de autopreservación, de consolidación, de superación; sus enemigos mortales son el capitalismo neoliberal y el comunismo, así como las tendencias de izquierda burguesa.


Ambos sistemas no son solo abogados y gendarmes del pluralismo asfixiante, sino también, ideologías anti humanas que buscan la igualdad entre los seres humanos negando así la naturaleza del hombre siempre proclive a segmentarse, a crear jerarquías, a generar divisiones

Deslindando con el engaño

Muy en boga se ha puesto hablar de “nacionalismos de izquierda”; nada más incongruente, nada más anómalo; los casos más resaltantes los podemos ver en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Perú, donde se habla banalmente del nacionalismo como un componente meramente redistributivo, meramente coyuntural, nada a futuro, nada a perdurar. Y eso es porque las ideas de izquierda, por concepción, son de por si internacionalistas, en desmedro del interés nacional.

El nacionalismo recoge y se mezcla con la tradición europea que se riega por América Latina; la cultura, tradición indígena que nutre la tierra; y el empuje del mestizo como muestra de la unión de las dos primeras, no se decanta en hablar de una raza superior, ni de un pueblo escogido, se sustenta en el orgullo de un pasado común, un presente de cambios y un futuro superior.

Nacionalismo = Movimiento

Queda claro que para que esto se lleve a cabo el nacionalismo deberá estar enmarcado no solo en un movimiento social, sino también político, el cual deberá ser dirigido por aquellos que en verdad entiendan lo planteado, con la voluntad de llevarlo a cabo sin pensar como recurrentemente ocurre en beneficiarse así mismos o a un reducido grupo-sector social. Esto va más allá, porque representa la formación de un país hoy sin rumbo, donde los demás Estados nos aplauden por la buena economía y sin embargo nos siguen mirando con desprecio, con desdén por ser una cultura atrasada, una sociedad maleable, sin sentimiento, sin tradición (a pesar que existe y es sumamente rica), sin un valor nacional.

…..Breve anotación….

Este es, probablemente, el primer post publicado en “Manifiesto Bizantino” relacionado a las ideas personales del redactor respecto al “nacionalismo”, lo cual presume habrá otros más deslindando sobre diversos tópicos tales como el de las minorías, la religión, sexo, la democracia, el comunismo, la izquierda, la dictadura, entre otras.

Los problemas de los demás

domingo, 21 de noviembre de 2010



No entiendo (me río)

Sucedió hace unos pocos días. Llegaba a mi trabajo, era el primero en llegar, el reloj marcaba un poco más de las 9 de la mañana. Abro mi correo corporativo, así como el personal y mi red social. Todo parece tener el ritmo regular a realizar dicha operación, es decir, responder algunos comentarios y nada más.

Pero la mañana 2.0 cambió cuando una amiga se decidió a hablarme por el chat de dicha red social. Parecía algo novedoso dado que dicha persona, siempre un tanto alunada, cuando la luna no la trauma me habla de cuando en cuando, unas veces más que otras. El hecho es que la niña esta, sabiendo que tengo como “amigo en común” a una amiga con la que ya no se lleva nada bien me decía que la eliminara, a mi me sorprendió dicho, no, me retracto, me “ordenó” que la eliminara. Atiné a escribir dos signos de interrogación mientras ella solo escupía sus razones baratas, según las cuales yo también debía comprarme su pleito.

Uhmm….

No lo niego, dicha actitud me saturó a un punto que por poco se me ocurre teclear “Oye, mamita, a mí no me involucres en tus problemas”, un poco déspota, lo se, por esa razón decliné de escribirlo. Sin embargo, y para salir del paso, dado que estaba en el trabajo y no estaba de ánimos para discutir por pleitos que nada se relacionan conmigo le dije “Ya, esta bien, lo haré, pero más tarde porque ando ocupado y tengo que salir” y eso hice.

Salí a una reunión con un cliente, recuerdo, en el ínterin de ir y venir me puse a pensar “¿Por qué coño me pidió eso?” “¿Por qué debería hacerlo?” “¿Acaso me afecta a mí?” y por último “¿Quién puta se cree esta persona, qué derecho cree tener sobre mi para no pedir, sino ordenar, que haga tal cosa, solo porque a ella se le ocurre?”.

Puedo responder a las cuatro preguntas, pero lo haré de manera inversa:

Efectivamente, creo que ni esta chica ni nadie, tiene la capacidad para ordenarme a tal punto para decidir por mí pues, cada quien decide sobre su persona, salvo aquellos que carecen de personalidad, o los que por amor dejan de lado su personalidad para pensar a través de los ojos y labios de sus “amados (as)”.

No me afecta para nada porque no me interesa.

No tengo ninguna razón para eliminar a dicha persona pues, primero que todo, no la conozco, segundo, conmigo no tiene pleitos, tercero, no me daba la gana de hacerlo. Y punto.

Me parece que hay mucha gente que se siente tan importante que anda buscando la manera de hacer que los demás giren en torno a ellos; así como aquellos que piensan que sus problemas son los más graves, los más infaustos, los más desastrosos de toda la historia humana. Obnubilados por su “yoismo” y egoísmo olvidan o no les da la gana de saber que el mundo no va a su ritmo, que hay límites, que la vida no es la tragedia griega de las cuales ellos siempre buscan participar.

El pensamiento común de las personas, seguramente, me tildaría como un “mal amigo”, pero ¿ser buen amigo significa apañar las estupideces de tus así llamados “amigos” aún cuando no estés de acuerdo con ello, o te parezca tal actitud una total estupidez? Para mi no.


El sin sentido de ser de tantas personas

No puedo entender la necesidad incoherente que muchos humanos tienen para inmiscuir a otras personas en sus banalidades, en sus sin sentidos, ese llamado a divulgar sus cosas, a interferir en la tranquilidad de uno sin preguntar, sin importarles si uno pueda o no tener líos mucho más complicados, el estado de ánimo de uno, la necesidad de inmiscuirse en pleito ajeno; así como la potestad que sienten muchos que tenemos de ayudarles cuando a ellos se les ocurre, cuando muchas veces, en ocasiones anteriores, ni siquiera se dignaron a prestarte la atención ante un pensamiento, una molestia, un decaimiento, una dedicatoria y demás. Un escaso sentido de impertinencia que muchos parecen no haber desarrollado, no se si por cultura, carácter, personalidad o por crianza.

¿Cómo acabó todo esto?

Y al final de todo esto, se preguntarán ¿Eliminé o no a la chica? Pues no, no lo hice, no tenía pensado hacerlo, sin dudas, no me importaba ganarme un pleito con la persona que me pidió, pues primero está mi independencia, y segundo, porque mi carácter siempre en contradicción cuando siente algo por imposición no evita darles la contra aunque eso me pueda traer mucha desazón.

Algo pasó al día siguiente. Llego temprano, nuevamente, a mi trabajo, prendo mi ordenador, abro mi correo corporativo, nada nuevo, mi correo personal, algunos mensajes dignos de borrar, así como mi red social; se me ocurre buscar a esta chica y, ¡Oh, sorpresa! Veo que ella me eliminó (risas) no pude evitar burlarme de toda la situación que me pareció y me siguen pareciendo tirada de los pelos, sin sentido, estúpida, digno de personas ignorantes, caprichosas, insuficientes, banales; y yo en medio de todo como si algo conmigo tuviese que ver.


Asumo que la persona que me ordenó eliminar a su otrora amiga, ahora se sentirá completa, feliz, y así fue cuando le dije lo que sucedió, pero, y como noté un triunfalismo que me llenaba de ira le recalqué “Yo no pensaba eliminarla, y no lo iba a hacer”, a lo que ella replicó “¿Por qué?”, “¿por qué?” repetí, y seguí, “Dame un razón, salvo tus razones personales para tener que hacerlo”, sin nada que contestar y con la actitud típica de la gente caprichosa, de los que asumen que el mundo gira en torno a ellos dijo “bueno, como quieras…..” la sonrisa se le nubló del rostro, cagué su triunfalismo, le hice sentir el sin sabor de saber que no todos están detrás de su gran cola (risas burlonas) como para cumplir todo ni bien esta abra la boca, y por último, me sentí tan bien de mandar al carajo a la gente y seguir digno, como debe ser.

P.D. He tenido un episodio igual en estas últimas horas, pero, solo puedo decir, que nadie me va imponer maneras y modos de como relacionarme con tales personas, si quieren complicarse la vida de la forma que quieran, háganlo, yo no soy juez ni crítico de nadie ni nada, pero no tolero que me quieran arrastrar con sus "reglas" de trato, con sus problemas, los quiero pero la amistad no es imposición de tal o cual cosa, el respeto y todo el amor existe, pero tampoco hay que extra limitarse. Se que suena duro, pero si por esa decisión voy a perder "amigos", pues que así sea, que más da.

¿En nombre de Satanás?

sábado, 20 de noviembre de 2010


¿Castigar el mal con mal?

Un par de días atrás se emitió la noticia de un asesinato en un hotel del distrito limeño de San Juan de Miraflores; los noticieros y programas dominicales argumentaron que el crimen respondió a un “macabro ritual satánico” hecho por una secta afecta a la “música gótica”.

De esta manera se presentaba una historia para espantar al público, para aumentar el porcentaje del rating. Presentadores y presentadoras aparecían espantados, consternados; ante el panorama descrito daba la impresión que hordas endemoniadas de jóvenes estaban a punto de abalanzarse sobre los mortales cristianos de la ciudad.

Pero ¿Qué de cierto hay en todo esto? ¿Respondía este crimen, efectivamente, a un asesinato de características satanistas?

Sin indicios de la presencia de Satanás

Una “prueba” para argumentar esto era que en el pecho de la víctima había un mensaje escrito con el cuchillo con el que fuera asesinado, el mismo que decía:

“Aquél que no castiga la maldad ordena que se haga”

En los reportajes emitidos se dejó claro que dicha frase fue extraída del libro de ficción “El Código Da Vinci” lo cual (para el que conoce un poco de todo) descartaría de plano el trasfondo satánico de homicidio pues, dicha obra tiene más que ver con el misticismo cristiano y la conspiración mundana dentro de su seno que con una intervención de Lucifer en persona.

Sumado a ello, el mensaje en si descartaría la posibilidad en un ritual luciferiano ¿por qué? por la siguiente razón:

Teniendo en cuenta que los “mass media” manejan, utilizan y promueven todos los clichés en las sociedades en las que imperan, sería más que lógico que la idea de Satanás, Lucifer o como quiera que se le conozca representa la oscuridad, la muerte, la destrucción, el pecado, la maldad. En tal sentido, que un mensaje como “Aquél que no castiga la maldad ordena que se haga” sea entendido como indicio válido para relacionarlo con el satanismo es un error.

Contrasentido mediático

De tal manera que, si el mensaje es una expresión demoníaca en verdad ¿Por qué condena la maldad si se supone que Satanás y sus seguidores tienen como un valor “positivo” a la maldad misma?

Un contrasentido del cual los “mass media” no son conscientes, pues se dicen y se contradicen al afirmar la naturaleza satánica de crimen, negarla después tan solo para volverla a afirmar. Y todo en menos de 15 minutos.

El trasfondo es sencillo cuando se entiende que toda esta confusión informativa responde más a un ánimo de lucrar con la tragedia de una persona, del pesar de su familia y la estigmatización de un grupo de personas bajo premisas totalmente erradas que al espíritu serio de informar. Pero, así es la prensa en este país llamado “Perú”, todo lo tiende a simplificar, a pauperizar, a estigmatizar, a ridiculizar, a atrofiar, a desvirtuar, a putear hasta el punto de saturar y perder el sentido de lo que es real, de lo que no.

Esto demostraría que tal homiciio respondió a disputas de faldas y no a aspectos, digámoslo así, religioso, esotérico y/u ocultista, como se trata de vender a la población entera.

Haciendo la aclaración, abriendo las distancias

Por otro lado, y los entendidos en esto me darán la razón, el satanismo concebido como filosofía de liberación y auto superación individual está muy alejado de los rituales de sangre, de los sacrificios humanos o de animales, y mucho más, es distante de la figura de Lucifer como una entidad existente, de cuernos, colas, con olor a azufre y piel de tinte rojiza, pues es más cercana a la metáfora de todo aquello que conecte al ser humano con sus instintos, de su relación con la naturaleza, así como el conocimiento de su propia maldad para así conocerse mejor así mismo, un camino hacia el conocimiento (no a la sabiduría) de uno mismo como individuo, de su entorno natural – material, así como el de otros seres.

No Apologético (una vez más)

Muchos podrían pensar que esta es una apología al “satanismo”. Todo lo contrario, es una alegación ante las malas prácticas informativas, al ánimo de latrocinio en el que han caído los medios d comunicación, así como las ganas de generar falsos miedos y paranoias en una sociedad de por sí proclive al temor, al pánico generalizado (me vienen a la memoria el engaño en relación a la supuesta vampira Sara Helen, o los violadores cuyos crímenes también respondían a una especie de ritual de invocación del diablo, ambos en los años 90`s)

Deslinde contra la escoria y demás

Sumado a ello, y aunque son un grupo de mi total desagrado, la sub cultura gótica es la que se verá perjudicada ante el tratamiento irresponsable de este hecho lamentable, de tal manera, no sería de sorprender que las personas adheridas a esta comunidad sean visto como “adoradores del diablo”, sujetos que realizan “pactos con el maligno”, que llevan a cabo “rituales macabros” y demás adjetivos de tan fácil mención como redacción en un ambiente periodístico como el peruano tan carente de sentido común, escaso de ética, así como desposeído de noción de las cosas que van a informar. Y de más está decir que esto arrastrará a otras sub culturas en verdad subterráneas, underground y de verdadera ideología como la del metal extremo.

Cerrando el libro negro

Por último, toda persona es libre de escoger la ideología, credo o filosofía que mejor se adapte a su manera de ver, interpretar y relacionarse con el mundo, siempre y cuando no afecte la vida de los demás. De tal manera, como es totalmente aceptado (e incluso está de moda) ser izquierdista, socialista (a pesar del tremendo daño que esta idea ha causado a lo largo del pasado siglo XX), así mismo, debería ser igualmente aceptado que una persona decida, por ejemplo, practicar el satanismo filosófico como dogma de vida.



El tratamiento de este horroroso crimen es una clara muestra de lo atrasada, conservadora y arbitraria que es nuestra sociedad, donde, cual Edad Media, se tiende a satanizar todo aquello para lo que no se encuentra una explicación (a pesar que esta existe), donde no se acepta algo que este al margen de lo socialmente establecido, de cómo una comunidad, repleta de estigmas, complejos sociales, se deja llevar por la información tendenciosa, descaradamente inexacta, trivial y destructiva hecha por personas poco profesionales, chabacanas, donde la informalidad y el poco compromiso para con su oficio son una constante.

Esos son aquellos que mañana saldrán con ínfulas de “líderes de opinión”.

P.D. Eliminen a todos los vampiros gays góticos, emos, chiky punks y apestosos “dark”.

La Luz en el fin del mundo (Insuficiente)

sábado, 6 de noviembre de 2010


No recuerdo cuando fue la última vez en que sentí la distancia de la vida, de las sensaciones tan lejanas, tan imposibles de tocar, de palpar, como hubiese delante de mí una pared que arremete a todo cuanto intente acercárseme y darme un poco de vitalidad.

Las cosas no tienen el mismo sabor que en épocas anteriores, la gente parece cada vez más extraña, distante, aprehensiva, sumida en sus gollerías, ensimismada en las minucias de su vida intrascendente y yo aquí, atado a la necesidad de sentir, de vivir para mantenerme como humano.

La muerte no me resulta interesante si esta se presente como un escape, como una salida al vacío dominante. Es mucho más exquisita, disfrutable cuando desciende majestuosa tras haberle dado el significado de tu predilección a la existencia. La muerte es parte del proceso de la vida, y como tal, no implica una respuesta, menos un fin, sino un estado, un período, una transición.


No recuerdo las palabras de aquellos que me dieron su consejo, pero si las reflexiones que sus palabras produjeron en mí, que me permitieron avanzar, que me incitaron a ser mejor que yo mismo con el pasar del tiempo, porque la idea no es ser mejor o igual a alguien, sino estar por encima de lo que uno fue el día de ayer. Esa es la verdadera autenticidad.

¿Qué le sucede a mi espíritu? ¿Por qué se decae y palidece de esa manera? ¿Cuál es el motivo del descontento?

Caer la noche, observar el crepúsculo triunfar sobre la pulcritud diurna era un maravilla, festejar la acometida de la negritud maldita de la noche, de la blasfemia eterna de su impureza, inundaban mi corazón de sobresaltos; el olor, el sabor, el sonido de la lluvia cual garrote de los cielos martillar la ciudad, la neblina avecinada descender opacando la visión, el horizonte, los colores, confundiendo los corazones, armonizando mis emociones; lo era todo. Hoy no. Hoy las montañas se extienden interminables bloqueando mi camino; hoy el exceso de luz ciega tanto que no me permite observar la claridad de las cosas; hoy mi inconstancia física es el flagelo de mi humanidad.

El elixir para muchos se encuentra en las abultaciones alcohólicas de un trago, de muchos, de tantos; para mí tales abultaciones son la comprobación del desdén que existe hacia todo lo consagrado a ser deseado. No puedo, no quiero sentirme un abultado, exudando licor sin razón mientras se emula esa sensación que soy un extraño en un lugar habitado por marranos.


Digno no soy, no lo fui y no lo quiero ser. Nunca sabré si mi ser es digno del amor o compañía de alguna mujer, lo cierto, y esto sin desmedro alguno, es que, la mayoría de las tipas que he conocido han sido mi prueba que nada me parece, que nada me llega a resultar lo suficientemente atractivo. Tan solo pensar, basta recordar, inquieta rememorarlas, la dulce promesa que parecían otorgar, las perspicacia de sus maneras y formas, lo fantabuloso que era imaginarme al lado de ellas, para que el desgano se abriera paso ante la incapacidad de generarme más, cuando aparentan tener mucho y resultan escasear de todo, cuando la bonita ensoñación se convierte en una vacía disimulación, cuando te dicen que si, y luego se arriman y ni siquiera pueden decir que no. Al final, su nuleza es la prueba de mi bajeza.

Y ahora, hoy, esta noche, este comienzo de la madrugada de noviembre del año más implacable de mi vida, es propicio decir que el sufrimiento, la pena, la tristeza, el sufrimiento, las caídas y malas pasadas son mucho más creativos y alentadores que sus hermosas versiones; que es la depresión no un aliciente sino una ventana cuando esta es debidamente canalizada, que el dolor puede transformarse en virtud cuando sirve para develar lo errado e incitar mi espíritu a no quedarse de lado, que mi desaparición será la correcta cuando los vientos me den la razón al quedar mi vida completa, hecha, lista para terminar.

Insuficiente sería pensar que hoy todo esté pro finalizar.

Review – Ayahuaira “El Poder de la Divinidad……El Dominio de la Verdadera Fuerza Suprema”

jueves, 4 de noviembre de 2010


Hacía mucho que en “Manifiesto Bizantino” no se hablaba de música, y que mejor que este momento para hacerlo con una gran producción del underground nacional. Me refiero al último material editado por Ayahuaira “El Poder de la Divinidad….EL Dominio de la Verdadera Fuerza Suprema” producido bajo los negros estandartes de Pentagram Records.

Antes que nada cabe señalar (para los no entendidos o recién iniciados en la escena extrema peruana) que Ayahuaira es una horda de Black Metal proveniente de las frías y lúgubres tierras de Huancayo con un poco más de 10 años dentro del underground siendo una de las bandas más representativas en la escena local de su ciudad.

En 2010, después de más de cinco años sin editar material alguno aparece esta producción que compila sus dos demos “El Poder de la Divinidad” (2001) y “El Dominio de la Verdadera Fuerza Suprema” (2002) más un track inédito llamado “Poderoso Bosque de Piedras” y un video en vivo interpretando el tema “Iniciación” lo que de por si le da un “plus” a este material.

Un intro de bajo resuena como antesala a lo que está por llegar, las guitarras rasposas densas, acompañadas por una batería primitiva despliegan el alma ritualista y pagana de estos demonios. Lo que a continuación viene son descargas de odio, guerra y muerte hacia los hijos de la cruz, hacia su inhumano orden establecido, profesando total respeto y veneración hacia el paganismo que una vez dominó estas tierras andinas.

En lo sonoro, los tracks que conforman “El Poder de la Divinidad” requieren de suma atención pues las voces se pierden por momentos, sin embargo, todo cambia a partir de “Poderoso Bosque de Piedras” donde los temas son mucho más audibles. A pesar de ello, esto enriquece en muchos aspectos esta producción permitiendo sentir el verdadero espíritu de una horda Black Metal: cruda, primitiva y blasfema (a mi parecer, las tres premisas esenciales para elaborar el sonido BM)

En lo referente a las letras, como mencioné anteriormente, estas son de un absoluto culto pagano, el recobro de los viejos ritos andinos, el rescate de la cultura de guerra que en la antigüedad era un valor positivo, así como esa conexión hoy perdida entre el hombre y la naturaleza, aquella que nuestros ancestros poseían, aspecto que la sociedad moderna, capitalista y cristiana ha dejado, negado y violentado con su cinismo solidario.

En tal sentido, esta producción bien podría servir (como sucedió a comienzos de los 90 en Noruega) para rescatar nuestras antiguas raíces paganas.

Por otro lado, la presentación de esta producción a cargo de Pentagram Records es de calidad, con la seriedad y el compromiso que nuestra escena se merece. Una portada donde la banda muestra su lado ritualista, la contraportada con una pintura representativa de las viejas culturas andinas, un booklet con las letras en su interior, con fotografías “sobrias” de los integrantes alejados de las poses estrafalarias que hoy se estila en las bandas de Black Metal a nivel mundial (elemento que resta seriedad a muchas propuestas realmente buenas).

Un detalle que debo resaltar es la ausencia del color negro en la presentación del álbum, lo cual me parece apropiado teniendo en cuenta el concepto pagano y andino de la horda, el cual condice con los colores místicos resultan idóneos para este tipo de propuestas alejadas del tan mal usado satanismo tan moda dentro del BM.

Lo único que criticaría es que por ningún lado encuentro el line-up de la banda.

Antes de terminar estas líneas, quiero reconocer el trabajo que vienen haciendo Luis y Oskar con Pentagram Records; la labor comprometida, seria y responsable dentro del underground, apoyando a bandas con el mismo compromiso tanto de Lima como del interior del país, alejados de aquellos personajes que resaltan por la búsqueda de lucro indecente a costa de las bandas que logran engañar.

Con todo, para los verdaderos seguidores del underground nacional es un deber escuchar “El Poder de la Divinidad….El Dominio de la Verdadera Fuerza Suprema” de Ayahuaira, álbum ritualista y consagrado a la viejas divinidades andinas.



ETERNOS HAILZ.

Pueden adquirir material de Ayahuaira y otras hordas en Pentagram Records:

Galerías Brasil 29 – B (Segundo Piso) Jesús María, Lima – Perú

http://www.myspace.com/pentagramrecs



El Oficio de escribir en el Perú

sábado, 30 de octubre de 2010


El inicio de la reflexión

Hace un par de días vi en un programa de televisión que conduce un personaje de apellido nipón conversar con un joven escritor de ya amplio reconocimiento internacional.

Huevearon un toque, luego, hablaron del Nobel, después, de sus novelas, de sus proyectos a futuro; es raro ver en la televisión de mi país hablar a un escritor pues, para efectos de rating, esto resulta un “Harakiri”, un suicidio televisivo. A nadie, es decir, a la gran masa de peruanos, le importa escuchar lo que tenga que decir alguien dedicado a las letras; demasiado digno, demasiado culto para esas burdas mayorías. Para mi y otros tantos, pues no.

Algo que desconocía este premiado escritor nombró, “vivo en España”, y sentí una decepción agobiante sobre mí. Escuché que tiene más de dos premios a cuestas y que por libro gana unos 100 mil euros; era demasiado, me sentí dichoso, pensé “Si se puede ser escritor en el Perú” con mucho orgullo; pero aquella emoción insuflada se desvaneció cuando esas tres malditas palabras zumbaron en mis oídos….

“Vivo en España”

De nuevo: “…..vivo en España…..”

No me jode que viva en España, ni tampoco me jodería si viviera en otra parte del mundo; me jode que no pueda conseguir todo eso estando en el Perú.

¿Por qué demonios los escritores de mi país tienen que migrar para obtener el reconocimiento?

Vargas Llosa se fue, Bryce se fue, Ribeyro se fue, Vallejo también se fue, otros más hicieron lo mismo, diversas razones tuvieron, pero se fueron y recibieron el reconocimiento que en su propio país les era ajeno.

¿Es acaso la sociedad peruana intelectualmente tan atrasada e ignorante que ignora a sus voces generacionales dando cabida a insulsas figuras miserables?


Pues si…….

La realidad cultural

Hoy más que nunca los mal llamados “poemas” abultados de notas chaladas; cuando la juventud da espalda a la lectura y, peor aún, a la inventiva literaria, relegándola a un hobbie de niños “guay” jugando a ser imaginativos y niñas fresas que llenan hoja de hojas con garabaticlosas de amor y príncipes dorados.

Cuando la literatura se descompensa en un mero entretenimiento a la batuta de niños bien colegiados de universidades burguesas cuya única expresión es la vida lisonjera, ligera, llena de ensoñaciones sin sentido, sin un mínimo reflejo certero de lo que les rodea. Cuando la abstracción llega a niveles de poca inventiva, harta pomposidad, nula introspectiva, carente de conciencia.

¿Por qué el oficio de ser escritor está tan venido a menos en el Perú?

Uno

Una de las razones bien podría hallarse en la escasa iniciativa e incentivo por parte del Estado; primero que todo hacia la lectura y; segundo, al fomento de la literatura, es decir, el consumo de obras, novelas, poemas, cuentos, ensayos, etc. Muchos podría refutar esto argumentando la existencia de la “Ley del Libro”, sin embargo y a pesar de su promulgación, ya han pasado un poco más de dos años y la situación sigue igual.


Dos

Otro factor, aunque tal vez muy subjetivo, es la perspectiva que la sociedad en su conjunto, el peruano de a pie, tiene de un escritor. A las personas, los escritores los aburren, sienten que no los representan, les son ajenos, extraños, ricachones, pitucones a los cuales uno no podrá igualar y/o superar. Sumado a ello, dentro del propio ceno familiar de las clases medias y bajas, que uno de sus integrantes intentase siquiera optar por la literatura, inmediatamente, se ganaría las mofas, burlas y el enojo de sus padres, familiares (a veces, hasta los amigos) haciendo uso de ese viejo refrán del Perú conservador: “te vas a morir de hambre si haces eso…..”


Tres

Y por último, pero no menos importante, la piratería, el gran mal que impide a escritores nacionales consolidarse en su propio medio, obligándolos a migrar a otros países donde las leyes protejan su arte, su obra. La piratería es la tara que desbarranca las aspiraciones de jóvenes escritores, de la necesidad de darse a conocer, de volver a publicar. La piratería frustra el surgimiento de escritores venidos de estratos no altos de la sociedad, y ni qué decir de aquellos provenientes del interior del país donde, incluso los letrados limeños, desconocen de dicha intelectualidad.


Sobre lo anterior

Comencé este post preguntándome el por qué de la necesidad de los escritores a irse del país y vivir de sus obras. Honestamente, no hizo falta una gran abstracción para llegar a la respuesta porque está allí, a vista y paciencia de todo observador.

No es oficio sano echar la culpa, únicamente, al Estado y su habitual desidia en temas de esta índole, NO, es culpa y responsabilidad de todos, unos por permitir y consumir bajo tontos pretextos la piratería (así como la música por mp3, jejeje) y porque la sociedad misma ha generado anticuerpos respecto al oficio de ser escribidor.

No debemos olvidar que un pueblo no solo vive de las cifras económicas, las celebraciones patrias, ni de la vida chusca de los ídolos de barro que hoy ensucian nuestra identidad. Son los intelectuales (y no los políticos) la voz de los pueblos, son ellos quienes mejor condensan los problemas, defectos, taras, virtudes y pujanzas de las naciones. No podemos aspirar a ser un país desarrollado si los hacemos de lado, si marginamos a la base “pensante” de toda comunidad, si desmerecemos el trabajo del artista, del músico, del escritor; pilares fundamentales en el desarrollo espiritual, social e intelectual.

Un país que excluye a los intelectuales, es un país condenado a muerte.


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